Evidentemente una figura controversial. Para mucha gente era un tipo bueno. Maravilloso. Bondadoso. Un Maestro. Director por mucho tiempo de la Escuela Consolidada de Puerto Natales. Fortachón. Rubicundo. Amigo de los amigos. Para otros, era un ser anodino. Que aparte de ser director de escuela de un apartado pueblo de la Patagonia no era nadie. Un fantasma. Que pasó, se fue y casi no existió. Un ser de tantos que poblaron el Sur y pasó a ser sombra y más sombra que la sombra.
Pero ocurre algo, cada vez que paso por la calle Bruno Canobra; me duelen las orejas.
Pero ocurre algo, cada vez que paso por la calle Bruno Canobra; me duelen las orejas.
Comments
2 comments to "calle"
11:53
¿quien era?
13:58
el que le tiraba las orejas a Hugo Vera...por portarse demasiado bien. te quiere, la Marcelini
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