viernes, 2 de noviembre de 2007

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Un problema de distracción

2 comentarios
Comencé a colaborar en el año 1998. En aquella oportunidad di $2000. Se trataba de Raúl, un chico que estudiaba en Valdivia, Ingeniería Civil. Su madre, Rita, había organizado una serie de rifas para que Raúl saliera adelante con sus estudios. ¡Enhorabuena! Son causas que obligan y enternecen. En el año 1999 fueron cinco mil. En estas causas ni siquiera preguntas cuándo se tiró la rifa. Eso no importa. Lo más importante es colaborar. En el 2000 fueron $3.500 y la madre humilde se afanaba cada día más. El 2001 colaboré con $4000. Amén de otras colaboraciones, siempre seguía colaborando. Chile está hecho de muchas colaboraciones. Debajo de cada piedra aparece alguien pidiendo algo. En el 2002 fueron $5000, compré cinco listas de rifa sin esperar nada a cambio. La madre de Raúl me comentaba que a su hijo, "le va super-bien". Yo me alegraba por aquello. Pasó el 2002 y llegó el 2003 y colaboré nuevamente, esta vez fue con $2.500. Mis colaboraciones tenía que ver con la marcha del país y con mi economía.
Aquel año Raúl se recibió, me lo dijo su madre. La verdad que sentí alegría y alivio. Alegría por la feliz noticia y alivio por el término de mis colaboraciones. Un día caminando por la calle Bulnes veo que viene Raúl con traje y maletín. Pasó al lado mío y no me saludó. Pensé: "Bueno al final no es tanto, sólo fueron $17.000". Luego pensé que evidentemente no me reconoció. La gente anda muy distraída. Era seguramente el caso de Raúl. Un problema de distracción.

Comments

2 comments to "Un problema de distracción"

Matvi. dijo...
00:35

Lukas Milic, ¿no?

hugo dijo...
00:44

Podría ser... Pero no. Aunque todos tenemos nuestro Lukas Milic ¿o no Matías?



hugo

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