Y luego viene Pedro el más chico, tiene 20 años, ese sí que me salió puta madre. De chiquitito que yo le sacaba la mierda para que se portara bien y el huevón na ni na. Ese maricón me salió como la madre. A Pedro lo tuve con una cabra Mansilla que vivía cerca de La Pacheco, en la bajaita. Esa huevona si que era brava. Montón de veces le saqué la chucha pero nunca la pude gobernar. Ahora hace años que vive en Punta Arenas y no he sabido nada de ella, de repente mi cabro lava a ver y me dice que está bien. El maricón de mi hijo está saliendo con la menor de las cabras Muñoz, tú la conocís puh, yo a veces le digo a mi nuera: "oye nuera tú si que estai linda", le digo, ella se ríe nomás y me dice: "puta suegro usted si que es viejo verde". La verdá que si la pendeja me da la pasá igual nomás se la mando a guardar.
martes, 30 de septiembre de 2008
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Comments
1 comments to "Confesiones de un granuja"
19:26
jajajajaja,
¡bravo milodon!
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