Por Edgardo Cea
En este 31 de Mayo, el siempre aguerrido y esforzado pueblo de Natales cumple un año más de existencia legal. Consagrado como los 98 años anteriores al trabajo tesonero, a la labor progresista, evidenciados en la prosperidad ascendente de su actividad turística, su pequeña empresa, su comercio y sus actividades generales.
En cada aniversario de la fundación de nuestro pueblo, se recuerdan los nombres de aquellos pioneros que levantaron los primeros ranchos sobre los pantanos y bosques, en los turbales y en los cerros, bajo un frío inclemente, con muchos contratiempos sin la ayuda de nadie, contando sólo con el entusiasmo y su propio esfuerzo. Superaron obstáculos que parecían insalvables, como el aislamiento del resto de la civilización, la falta de provisiones para la subsistencia, de medios y herramientas para el cumplimiento de sus labores colonizadoras y las secuelas de los gélidos inviernos que diezmaban los piños de animales.
Pero ellos todo lo vencieron, con esa férrea voluntad que caracteriza al inmigrante europeo, y en pocos años aportaron lo suyo para hacer de aquellos terrenos selváticos y pantanosos, lo que es hoy un territorio próspero y de promisorio porvenir.
El nombre de Hermann Eberhard Schmidt y el de sus adelantados, están registrados en las páginas de nuestra historia y en el inconsciente colectivo de quienes habitamos este suelo. Sin embargo, a ellos se suman otros pioneros, no tan recordados ni reconocidos, como Alberto Conrad, Ultrich Spranger, Jack Van Der Hayden, John Mac Lean Frazer, Adrián Bader, Jorge Meric, Enrique Dumestre, Pedro Vrlika, Orozimbo Santos, Ernesto Casola, Aurelio Cuesta, Félix Von Balluseck, entre otros, quienes junto a sus valientes y abnegadas compañeras y esposas (lamentablemente carentes de todo reconocimiento en nuestra historia local), contribuyeron a edificar los cimientos de esta pujante ciudad llamada Puerto Natales.
Es extensa y apasionante la historia de nuestro pueblo. Comienza como muchos sabemos, en 1892, cuando una frágil chalupa entró por estos fiordos con cinco hombres, liderados por el capitán Eberhard, en busca de las Llanuras de Diana, para introducir en ellas la actividad ganadera. Continúa en 1893 con la fundación de la Estancia Consuelo y el comienzo de la crianza de ovejas en el territorio.
Un par de años después, en 1896, en ese mismo lugar, el entonces Comisario del Distrito de Última Esperanza, Ricardo Krüger Lei y el obrero chilote Cipriano Pedrero Salgado, izaron la bandera chilena en señal de que estas tierras eran nuestras, frustrando así el intento del Teniente de la armada argentina, José María Mascarello, quien al mando de su barco el Azopardo, venía a posesionarse de este territorio a nombre de su país. Era una época de definiciones limítrofes con nuestros vecinos.
La historia continúa con la instalación de la primera grasería y otras edificaciones en el sector denominado río "Cuchara", de propiedad del colono alemán Rodolfo Stubenrauch. Más tarde, en el mismo sitio se fundó en 1913 el complejo industrial ganadero Frigorífico Bories, de propiedad de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego. Luego en 1917, se inicia la construcción del Frigorífico "Natales", por la Compañía Frigorífica de Puerto Natales. Esta edificación se ubicó en el sector denominado "Punta Galpón", en el área donde hoy se encuentran las instalaciones de la empresa Navimag, en la avenida Pedro Montt.
Simultáneamente, se multiplicaron los almacenes y boliches, comienzan a llegar las primeras líneas de navegación nacionales y extranjeras. Barcos Caponeros, Laneros y grandes vapores, como el Alondra, el Villarrica y el Arauco, y más tarde las Motonaves, barcos más livianos y veloces, como la Navarino y la Tocopilla, naves todas que durante décadas fueron los medios de transportes usados por los natalinos para viajar a lugares fuera de la región y abastecieron al pueblo de víveres y materiales diversos.
El ganado ovino poblaba los campos, el llamado "Oro Blanco" atrajo a miles de hombres provenientes principalmente del archipiélago de Chiloé, que laboraron en estas industrias, se radicaron en este suelo, construyeron sus casas, trajeron a sus familias o formaron las propias aquí, y siguieron el bíblico precepto: "crecieron y se multiplicaron". Así nació la gran familia natalina en su primera etapa de desarrollo, fruto de los aportes entregados por el pujante inmigrante europeo y el laborioso y tenaz inmigrante nacional, especialmente el que llegó de Chiloé.
Pero la vida está hecha de dulce y de agraz, porque no todo dura para siempre. La debacle llegó en 1947, cuando se anunció el cierre del Frigorífico Natales y las garras de la cesantía atrapó a un gran número de trabajadores padres de familia.
Sin embargo, para estos esforzados pobladores la vida le brindaría una nueva oportunidad. A poco de haberse producido la crisis ganadera, sobrevino el "bum" que significó la apertura y explotación del vecino Yacimiento Carbonífero de Río Turbio, que nuevamente trajo seguridad y estabilidad a los hogares natalinos, y de pasó contribuyó grandemente al fortalecimiento y la consolidación del comercio, barómetro histórico de la economía local.
Entonces el dinero corrió a raudales en Natales, gracias al tipo de cambio que favorecía ampliamente a la moneda argentina. Muchos aseguraron su futuro y el de sus familias, otros acumularon pequeñas fortunas, y hubo también aquellos que el dinero se le escurrió como agua entre sus dedos. Pero según pasaron los años y ya transitando la década de los ochenta, la bonanza minera se fue diluyendo. Fue entonces el momento preciso para que nos diéramos cuenta del enorme potencial turístico que posee nuestra provincia y los grandes beneficios económicos que trae consigo su planificada explotación.
Hoy, la actividad turística, junto a la pesca artesanal y la salmonicultura, que en el último tiempo se han transformado en interesantes alternativas laborales y productivas en la zona, son vistas como las principales herramientas de progreso y bienestar futuro para quienes habitamos este bello y generoso territorio en el fin del mundo.
En el 2010, Natales es una ciudad aun con aspecto de pueblo, pero ciudad al fin y al cabo. Hoteles, Residenciales, Hostales, Oficinas de Turismo, Pequeñas Empresas, Escuelas, Liceos, Sede Universitaria, Instituciones Filantrópicas, Transbordador Marítimo, Moderno Aeródromo, un Moderno Rodoviario pronto a prestar servicios, Nuevas Poblaciones, entre otros adelantos, le otorgan esa categoría. No obstante, repitiendo lo que dice un añejo eslogan político "aún falta mucho por hacer" y debemos seguir trabajando incansablemente en pos de un mejor porvenir para quienes heredarán este suelo fraterno y generoso.
En cada aniversario de la fundación de nuestro pueblo, se recuerdan los nombres de aquellos pioneros que levantaron los primeros ranchos sobre los pantanos y bosques, en los turbales y en los cerros, bajo un frío inclemente, con muchos contratiempos sin la ayuda de nadie, contando sólo con el entusiasmo y su propio esfuerzo. Superaron obstáculos que parecían insalvables, como el aislamiento del resto de la civilización, la falta de provisiones para la subsistencia, de medios y herramientas para el cumplimiento de sus labores colonizadoras y las secuelas de los gélidos inviernos que diezmaban los piños de animales.
Pero ellos todo lo vencieron, con esa férrea voluntad que caracteriza al inmigrante europeo, y en pocos años aportaron lo suyo para hacer de aquellos terrenos selváticos y pantanosos, lo que es hoy un territorio próspero y de promisorio porvenir.
El nombre de Hermann Eberhard Schmidt y el de sus adelantados, están registrados en las páginas de nuestra historia y en el inconsciente colectivo de quienes habitamos este suelo. Sin embargo, a ellos se suman otros pioneros, no tan recordados ni reconocidos, como Alberto Conrad, Ultrich Spranger, Jack Van Der Hayden, John Mac Lean Frazer, Adrián Bader, Jorge Meric, Enrique Dumestre, Pedro Vrlika, Orozimbo Santos, Ernesto Casola, Aurelio Cuesta, Félix Von Balluseck, entre otros, quienes junto a sus valientes y abnegadas compañeras y esposas (lamentablemente carentes de todo reconocimiento en nuestra historia local), contribuyeron a edificar los cimientos de esta pujante ciudad llamada Puerto Natales.
Es extensa y apasionante la historia de nuestro pueblo. Comienza como muchos sabemos, en 1892, cuando una frágil chalupa entró por estos fiordos con cinco hombres, liderados por el capitán Eberhard, en busca de las Llanuras de Diana, para introducir en ellas la actividad ganadera. Continúa en 1893 con la fundación de la Estancia Consuelo y el comienzo de la crianza de ovejas en el territorio.
Un par de años después, en 1896, en ese mismo lugar, el entonces Comisario del Distrito de Última Esperanza, Ricardo Krüger Lei y el obrero chilote Cipriano Pedrero Salgado, izaron la bandera chilena en señal de que estas tierras eran nuestras, frustrando así el intento del Teniente de la armada argentina, José María Mascarello, quien al mando de su barco el Azopardo, venía a posesionarse de este territorio a nombre de su país. Era una época de definiciones limítrofes con nuestros vecinos.
La historia continúa con la instalación de la primera grasería y otras edificaciones en el sector denominado río "Cuchara", de propiedad del colono alemán Rodolfo Stubenrauch. Más tarde, en el mismo sitio se fundó en 1913 el complejo industrial ganadero Frigorífico Bories, de propiedad de la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego. Luego en 1917, se inicia la construcción del Frigorífico "Natales", por la Compañía Frigorífica de Puerto Natales. Esta edificación se ubicó en el sector denominado "Punta Galpón", en el área donde hoy se encuentran las instalaciones de la empresa Navimag, en la avenida Pedro Montt.
Simultáneamente, se multiplicaron los almacenes y boliches, comienzan a llegar las primeras líneas de navegación nacionales y extranjeras. Barcos Caponeros, Laneros y grandes vapores, como el Alondra, el Villarrica y el Arauco, y más tarde las Motonaves, barcos más livianos y veloces, como la Navarino y la Tocopilla, naves todas que durante décadas fueron los medios de transportes usados por los natalinos para viajar a lugares fuera de la región y abastecieron al pueblo de víveres y materiales diversos.
El ganado ovino poblaba los campos, el llamado "Oro Blanco" atrajo a miles de hombres provenientes principalmente del archipiélago de Chiloé, que laboraron en estas industrias, se radicaron en este suelo, construyeron sus casas, trajeron a sus familias o formaron las propias aquí, y siguieron el bíblico precepto: "crecieron y se multiplicaron". Así nació la gran familia natalina en su primera etapa de desarrollo, fruto de los aportes entregados por el pujante inmigrante europeo y el laborioso y tenaz inmigrante nacional, especialmente el que llegó de Chiloé.
Pero la vida está hecha de dulce y de agraz, porque no todo dura para siempre. La debacle llegó en 1947, cuando se anunció el cierre del Frigorífico Natales y las garras de la cesantía atrapó a un gran número de trabajadores padres de familia.
Sin embargo, para estos esforzados pobladores la vida le brindaría una nueva oportunidad. A poco de haberse producido la crisis ganadera, sobrevino el "bum" que significó la apertura y explotación del vecino Yacimiento Carbonífero de Río Turbio, que nuevamente trajo seguridad y estabilidad a los hogares natalinos, y de pasó contribuyó grandemente al fortalecimiento y la consolidación del comercio, barómetro histórico de la economía local.
Entonces el dinero corrió a raudales en Natales, gracias al tipo de cambio que favorecía ampliamente a la moneda argentina. Muchos aseguraron su futuro y el de sus familias, otros acumularon pequeñas fortunas, y hubo también aquellos que el dinero se le escurrió como agua entre sus dedos. Pero según pasaron los años y ya transitando la década de los ochenta, la bonanza minera se fue diluyendo. Fue entonces el momento preciso para que nos diéramos cuenta del enorme potencial turístico que posee nuestra provincia y los grandes beneficios económicos que trae consigo su planificada explotación.
Hoy, la actividad turística, junto a la pesca artesanal y la salmonicultura, que en el último tiempo se han transformado en interesantes alternativas laborales y productivas en la zona, son vistas como las principales herramientas de progreso y bienestar futuro para quienes habitamos este bello y generoso territorio en el fin del mundo.
En el 2010, Natales es una ciudad aun con aspecto de pueblo, pero ciudad al fin y al cabo. Hoteles, Residenciales, Hostales, Oficinas de Turismo, Pequeñas Empresas, Escuelas, Liceos, Sede Universitaria, Instituciones Filantrópicas, Transbordador Marítimo, Moderno Aeródromo, un Moderno Rodoviario pronto a prestar servicios, Nuevas Poblaciones, entre otros adelantos, le otorgan esa categoría. No obstante, repitiendo lo que dice un añejo eslogan político "aún falta mucho por hacer" y debemos seguir trabajando incansablemente en pos de un mejor porvenir para quienes heredarán este suelo fraterno y generoso.
Comments
8 comments to "Puerto Natales otro año más de historia"
01:20
Siempre notable, querido maestro. Nadie es más que tú en la historia de mi pueblo.
Vivan los chilotes que con gran y especial intelecto defiendes en tu última obra
00:08
Bién, bién, bién y bién.
Un gran beso, desde mi casa
07:26
Te felicito Lalo ; es bueno el trabajo cultural y de revindicaciones constantes que haces , ahora leo y veo el blog desde 2008 aprox. y nunca me contestaron por las identidades de la foto en Cerro Castillo , Oscar Mella es el primero Chato Nestor (Gallardo) el que sigue , y los otros?
Un Abrazo desde Rio Turbio ,vecino.
ANDY
20:57
GRACIAS ANDY.
BUENO NO SOY MUY AFICIONADO AL COMPUTADOR. ESCRIBO DE VEZ EN CUANDO COMO PUEDES HABER LEÍDO EN EL BLOG DE UN AMIGO.
SI, EN LA FOTO ESTÁ TÚ TÍO ÓSCAR JUNTO A GALLARDO, RAÚL "CHARRASCA" CÁRDENAS Y "BETO" HERNÁNDEZ.
QUE ESTÉS BIEN AMIGO.
UN ABRAZO A LA DISTANCIA
01:34
Felicidades facones por los gauchos
22:26
Carlos malatrassi dice que la gauchada es la historia de la Patagonia y no hay más impostores y esto es válido para el sur chileno y argentino
23:19
Escribe más amigo, siempre te he seguido y ahora hace tiempo que no estas.
Cariños de Pam
15:25
Si se actualizara este artículo sería fantástico.
Bueno.
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