domingo, 1 de julio de 2012

1

El descuartizamiento de Cambiaso

1 comentarios
Por Carlos Vega Letelier


El día 4 de julio de 1852, la población de Valparaíso, desde la madrugada, había rodeado el vetusto edificio de la cárcel y presidio que, chato, se empinaba sobre el cerro del Panteón. Así se nominaba al actual cerro de la cárcel o de los pimientos, por la circunstancia de hallarse en sus inmediaciones el cementerio general y el de los disidentes. El gentío se disputaba los lugares más próximos al escenario preparado allí, a un centenar de metros del portón de la cárcel. Se había removido tierra en la ladera del cerro formando un paredón frente al cual se conformó la plataforma del patíbulo, enclavando los postes y disponiendo los ocho banquillos que ocuparían Miguel José Cambiaso y los siete secuaces suyos condenados a la pena capital por los asesinatos y fechorías cometidos en Punta Arenas durante la insurrección de noviembre de 1851.

La ejecución
Pasadas las 13 horas, custodiados y engrillados salieron del presidio los sentenciados. Los acompañaban, también, sacerdotes que trataban de aliviarles el camino hacia la muerte. Primero en la fila fue el teniente Miguel José Cambiaso; luego, y en orden, los cuatro sargentos de Valdivia: Joaquín Aguilera, José María Aréstegui, Juan de Dios Jiménez y Bruno Briones; enseguida Pitasio Riquelme y José Tapia. En el centro de la plataforma los dos oficiales fueron degradados, un sargento les despojó de sus espadas arrojándolas al suelo, al igual que charreteras, insignias y botones del uniforme. Luego todos los reos fueron vestidos con la túnica blanca de los condenados y se les situó en los banquillos previamente asignados.

Supuesta confesión de Cambiaso
"El Mercurio" de Valparaíso en su relato de la ejecución expresa: "No mostraba el menor viso de sorpresa ni temor. Su alma reconcentrada no era conmovible aún al más terrible e imponente de los espectáculos". Lo cierto es que Cambiaso, al igual que su compañero de armas teniente Luis Villegas, llegó al patíbulo con su uniforme de parada, su barba cuidadosamente recortada, su bigote prolijamente ordenado y su blonda cabellera muy bien peinada. Fue el único de los condenados que su último especial almuerzo lo disfrutó, bebiendo como si estuviera en un festejo. Habló diez minutos con su confesor. El diario "El Comercio" de Valparaíso acota que Cambiaso había dicho que "al borde de la sepultura creía descargar su conciencia confesando que todo se había ordenado, que todos los delitos habían sido ejecutados por su mandato; pero que, sin embargo, los condenados eran acreedores a la muerte, pues fueron sus constantes auxiliares". Atados los condenados en los postes respectivos les fueron vendados los ojos. Ocho escuadras de tiradores se ubicaron sigilosamente frente a los condenados y a una voz de mando hicieron los disparos. A los ocho les fue dado el tiro de gracia.

El descuartizamiento
Al término del fusilamiento los cuerpos de los siete secuaces de Cambiaso fueron entregados a sus deudos, excepto el cadáver del líder, que de acuerdo a la sentencia debía descuartizarse, razón por la cual debió permanecer tendido en un entablado del patíbulo por varias horas. Las autoridades del penal no habían logrado ubicar a quien realizara tan macabra tarea. Luego de muchas diligencias se ubicó a un preso condenado por robos reiterados y detenido por embriaguez, que sirvió de verdugo, siempre que se le diera la libertad y se le permitiera teñirse de hollín para no ser reconocido (se especuló que pertenecía a uno de los apellidos más ilustres de Chile). Resultó tan mal carnicero que con hacha y cuchillo en dos horas no logró descuartizar a Cambiazo y, ante la insistencia de los allí presentes, el Intendente ordenó poner fin a la horrible faena. Los restos del ajusticiado fueron recogidos, puestos en una bolsa y llevados a la fosa común.

El juicio
El juicio contra Cambiazo y sus seguidores fue iniciado el 24 de febrero de 1852 con un decreto expedido por la Comandancia General de Armas de Valparaíso, nombrando como fiscal al sargento mayor graduado don José Antonio Villagrán y secretario al ayudante mayor de la Brigada de Marina don Antonio Leiro. El expediente fue caratulado: "Causa criminal contra el teniente Miguel José Cambiaso y sus cómplices". Entre sus curiosidades Cambiaso tuvo una que ha servido grandemente a la relación de los hechos: durante el Gobierno de Magallanes bajo su autoridad hizo llevar una detalladísima documentación. Allí se ordenan cronológicamente todas las resoluciones firmadas por Cambiaso: nombramientos de oficiales para el Ejército Libertador; resoluciones administrativas, procesos y sumarios; el código sobre crímenes militares y penas que ellos corresponden. Así también las instrucciones y preparativos para el embarque de la población en las goletas capturadas y los respectivos cursos de navegación. Pues, el fiscal con fecha 28 de febrero solicitó a la Comandancia General de Armas de Valparaíso, la remisión de toda esta documentación para su incorporación como prueba en el sumario, solicitud que fue aceptada. A todos los procesados se les concedió el privilegio de nombrar a un defensor, los que cumplieron con sus encargos con mucha responsabilidad y buena voluntad, entre ellos correspondió defender a Cambiaso al oficial Manuel Antonio Fáez. En su alegato plateó la circunstancia de que su defendido "no hizo otra cosa que una revolución a favor de un caudillo que hace pocos días lo sostenían tres provincias y a quién el gobierno pudo vencer con el sacrificio de tres mil o cuatro mil víctimas, la pérdida de inmensas fortunas, el incendio y todos los horrores y males de una guerra civil; y entonces se pregunta: ¿Que ha sido de los autores de todos estos males?…" Según la defensa, Cambiaso no hizo más que plegarse a la revolución incitada por el general Cruz y al hacerlo "dio curso a un torrente de lava ardiente encerrada en los corazones de esos seres desgraciados confinados en Magallanes, hombres los más de ellos criminales y que en su desesperación habían jurado odio eterno a todo lo que es orden, a todo los que es noble y a todo los que es virtud". Finalmente el defensor Fáez invocó la tesis planteada ya por las defensas de los procesados culpables en el levantamiento culpables en el levantamiento del general Cruz, "de que no puede aplicarse la pena de muerte por delitos políticos".

Las culpas
Al teniente de la Compañía Fija de Magallanes Miguel José Cambiaso, el Consejo de Guerra lo condenó convicto y confeso de haber encabezado la revolución que tuvo lugar en dicha colonia la noche del 21 de noviembre de 1851, habiéndose apoderado de ella. -Y con el convencimiento pleno de los delitos y crímenes que se enumeran:
-Haber ordenado el asesinato del confinado González, sin juicio previo y sin otro antecedente que haber recibido del capitán Salas (preso por Cambiaso) el obsequio de una botella de licor.
-Por haber hecho jurar una bandera en que se veían símbolos de bárbara ferocidad (un paño rojo con una calavera al centro cruzada por dos tibias humanas, con la leyenda: "Conmigo no hay cuartel").
-El ordenamiento del apresamiento y saqueo de los buques "Florida" y Elisa Cornish" que fondearon en el Estrecho de Magallanes.
-Decretar los fusilamientos del armador de la Florida Mr. Benjamín Seraw, del comandante de la nave "Elisha Cornish, capitán Talbott y del hijo del propietario de la nave.
-Del fusilamiento del cabrero N. Riquelme por sospechas de estar en relación de algunos fugitivos que erraban por los bosques.
-Del asesinato del Gobernador de la colonia, capitán de fragata Benjamín Muñoz Gamero, y del capellán F. N. Acuña.
-El fusilamiento de cuatro indios mansos y pacíficos, cuyos cadáveres hizo colgar a la entrada de la colonia.
-Ordenar que los cadáveres, con excepción de los indios, el confinado González y el del capellán fueran quemados y que junto a la fogata durante tan horrendo espectáculo se cantara el Himno Nacional.
-Por disponer el incendio del Hospital y el templo, y la fundición de los vasos sagrados.
-Por abandono en Puerto Solano, sin recursos, a una cincuentena de hombres, expuestos a morir de hambre de no haber sido salvados por el vapor "Virago".

El código de Cambiaso
Si bien es cierto existían en la época Códigos Militares con terribles sentencias, Cambiaso no se quedó corto para hacer más inhumanas y horrorosas las penas de su famoso Código de Crímenes Militares y Penas que a ellos corresponden. Baste de muestra recordar su primer y último artículos:
Art. 1: "Todo inferior que hablase mal de su superior, será en el acto fusilado".
Art. 29: "Todo centinela que abandonase el puesto que se le confía, será atenaceado con un fierro hecho ascua hasta que pierda la vida, y después de esta operación se expondrán a la espectación pública todos los miembros por el término de ocho días, concluido estos se quemará el cadáver en público y se arrojarán al aire las cenizas".

Perfil
Nació en Petorca en 1823, hijo de un médico italiano y una dama de notable hermosura y de bella y cautivadora voz. A los 18 años raptó a una joven y fue llevado a Santiago. Allí ingresó a un regimiento. Al año ascendió a cabo y pocos meses después era sargento. Fue trasladado a Ancud, donde contrajo matrimonio con una distinguida dama, a la aborreció a tal punto que intentó envenenarla. En 1847 ascendió a alférez. En Valdivia alcanzó el grado de teniente. Debió regresar a Santiago para clasificar servicios. Tenía fama de cruel y bebedor (1850). Se dice que debía a la Caja del Cuerpo ochenta pesos. Se organizaba una Compañía de Artillería para Punta Arenas y se le dio la oportunidad para que cancelara su deuda. Antes de viajar al sur raptó a otra joven. Fue condenado a seis meses de arresto que debía cumplir en el Fuerte de Niebla. No se explica por qué el general Viel, comandante de Armas, intercedió por él, y así pudo continuar a su destino: Magallanes. El capitán Chas Brown del buque "Florida", quién tanto sufrió en medio de los hechos ocurridos durante la insurrección, lo describe así: "Su figura era hermosa; una frente despejada, complexión robusta, con cabellera abundante; bigote bien poblado y barba espesa. De nariz aguileña y de hermoso perfil, y admirable lo que un artista llamaría el color de su rostro, labios rojos, frente hermosa, el cabello oscuro, suavizado por el ligeramente rubio de su barba y bigote, dábale a su rostro una belleza digna del estudio de un pintor".

Comments

1 comments to "El descuartizamiento de Cambiaso"

Sergio dijo...
14:01

Buscando información del Código de Cambiaso, llegué a esta página y me encuentro con la grata sorpresa, que el articulo fue escrito nada menos que por Don Carlos Vega Letelier, en cuya casa viví por 3 años mientras estudiaba en la Universidad de Magallanes (soy de Santiago. Recuerdo las tertulias de los dias Sábado,a la cual asistian La Sra. Nelly Brown, el Sr....... (alzheimer) escultor del Indio del cementerio y otros notables personajes de la zona. Fue una epoca maravillosa.

Ultimos Post

 

Copyright 2013 All Rights Reserved Milodon City Cha Cha Cha