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| Cristina le obsequia a Bachelet el libro oficial de La Cámpora escrito por Sandra Russo. |
Un preciado obsequio recibió la Presidenta Michelle Bachelet de su par argentina Cristina Fernández en la reciente visita que la mandataria chilena realizó al vecino país, le regalaron un ejemplar de “Fuerza Propia”, escrito por la periodista Sandra Russo, el libro oficial de La Cámpora que narra el surgimiento y auge del revolucionario frente juvenil kirchnerista, los neo seguidores de Perón, Santucho, Firmenich y Néstor, que, diferencias mediante, vendrían siendo algo así como una mezcla de la criolla Jota, JS, JDC, JRME, FER, más la patrulla juvenil de RN sumados a los dirigentes estudiantiles actuales, eso sí a diferencia de los referentes juveniles chilenos, si algo tiene de valioso La Cámpora es su presencia electoral con fuerte raigambre popular, barrial y piquetera para proteger el modelo K.
La Cámpora, es liderada por quien fuera uno de sus fundadores Máximo Kirchner, el hijo de Néstor y Cristina, quien desde la austral Río Gallegos al igual que su padres espera con sus pibes y pibas perpetuar el sueño dinástico patagónico y llegar a la Casa Rosada, que sería como su segundo hogar aun cuando se dice que no cambia por nada del mundo Río Gallegos, distante a 250 kilómetros de la chilena ciudad de Punta Arenas.
Junto a Máximo destaca otro pibito, Axel Kicillof, conocido como El Gótico por su gusto de vestir de negro y blanco, uno de los ideólogos de la intervención de LAN en Argentina y otrora interventor de YPF Repsol famoso por su locuacidad, como aquella vez que señaló en el Congreso argentino tras la expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF a la española Repsol, que eran unos tarados los que querían pagar a la empresa española lo que esta pedía, al final el estado argentino terminó negociando la forma de cancelar 5 mil millones de dólares.
Luego de su paso por YPF, Cristina lo nombra ministro de economía, en más de un año de gestión la Argentina ha crecido, pero en inflación llegando el año 2013 a más del 28 por ciento. Si bien Kicillof se ha mostrado muy crítico, como casi todos los argentinos de la gestión de Carlos Saúl Menem en los años noventa, lo unen al ex presidente su gusto por las patillas largas y anchas.
Quizás si hubiese sido mejor que le regalasen a la Presidenta Bachelet el libro de Eliseo Verón “Papeles en el tiempo” colección de sus columnas en el diario Perfil, sesudo y entretenido análisis del discurso medial y político en la hermana república.
Porque aunque uno quisiera no creo que le regalarían las obras completas de Borges, pero la obra de Jorge Luis Borges carga el estigma de ser derechista, podía comunicarse también en Inglés y, para colmo de males, expresó que todo su saber se lo debía a la Enciclopedia Británica, la que desde nene empezó a leer de corrido y en idioma anglo por supuesto, a diferencia de muchos de nosotros que hoy usamos Google y en español. O para relevar el género los cuentos completos de Silvina Ocampo.
La traducción del rosarino Aldo Pellegrini, de “Los Cantos de Maldoror” del uruguayo Isidore Ducasse , no hubiese estado mal o una antología poética de Girondo tampoco; quizás si alguno de Luis Majul como “Él” (sobre Néstor) o “Ella” (sobre Cristina), aunque yo hubiera optado por uno más reciente “Periodistas en el Barro”. O, de que en un arranque de transparencia y tolerancia que hubiese hablado muy bien de la libertad de expresión en Argentina, ¿qué tal si la Presidenta Cristina, a pesar del odio parido que debe tenerle al gordo le hubiese regalado el nuevo libro de Jorge Lanata “10 K la década robada”?
Por último estaba también un libro de José Ingenieros que me recomendó hace tiempo Larraguibel, sobre la mediocridad del hombre, que algunos confunden con meritocracia y que por estos días estoy hojeando pero todavía no voy entendiendo. O si de algo under se quería estaba “Marc, la sucia rata” de José Sbarra, en fin la variedad es mucha porque si algo saben los argentinos aparte de ser cancheros y buenos para los juegos de pelota, guantes de boxeo, volantes y tuercas es ser soberbios narradores que nosotros envidiosos de siempre solemos descalificarlos como cuenteros.
Puede ser que la Presidenta Bachelet, tras su viaje para reforzar el Acuerdo de Maipú, decida hacer una reedición nacional del citado libro, es sabido que varios miembros de la Nueva Mayoría ven con buenos ojos el modelo izquierdista estatista argentino y luego de difundirlo la izquierda vinosa del café Torres, Liguria y del Bar The Clinic, cambie el Carménère por el Malbec, en lugar de cortados aprendan a matear un amargo, de aperitivo Gancia con soda, la dieta de verduras por los bifes chorizo y de bajativo, en lugar de piscolas, una ginebra.
Con esto de reforma, interventores y transformaciones el ministro Eyzaguirre dejará de lados sus fashion lentes de marcos rojos, los ternos y ambos de colores blandos, sus corbatas verdes y claras y junto al Ministro Arenas, empiecen a vestir de negro y blanco se dejen crecer las patillas: “Es que se verían repiolas, loco”.
La Cámpora, es liderada por quien fuera uno de sus fundadores Máximo Kirchner, el hijo de Néstor y Cristina, quien desde la austral Río Gallegos al igual que su padres espera con sus pibes y pibas perpetuar el sueño dinástico patagónico y llegar a la Casa Rosada, que sería como su segundo hogar aun cuando se dice que no cambia por nada del mundo Río Gallegos, distante a 250 kilómetros de la chilena ciudad de Punta Arenas.
Junto a Máximo destaca otro pibito, Axel Kicillof, conocido como El Gótico por su gusto de vestir de negro y blanco, uno de los ideólogos de la intervención de LAN en Argentina y otrora interventor de YPF Repsol famoso por su locuacidad, como aquella vez que señaló en el Congreso argentino tras la expropiación del 51 por ciento de las acciones de YPF a la española Repsol, que eran unos tarados los que querían pagar a la empresa española lo que esta pedía, al final el estado argentino terminó negociando la forma de cancelar 5 mil millones de dólares.
Luego de su paso por YPF, Cristina lo nombra ministro de economía, en más de un año de gestión la Argentina ha crecido, pero en inflación llegando el año 2013 a más del 28 por ciento. Si bien Kicillof se ha mostrado muy crítico, como casi todos los argentinos de la gestión de Carlos Saúl Menem en los años noventa, lo unen al ex presidente su gusto por las patillas largas y anchas.
Quizás si hubiese sido mejor que le regalasen a la Presidenta Bachelet el libro de Eliseo Verón “Papeles en el tiempo” colección de sus columnas en el diario Perfil, sesudo y entretenido análisis del discurso medial y político en la hermana república.
Porque aunque uno quisiera no creo que le regalarían las obras completas de Borges, pero la obra de Jorge Luis Borges carga el estigma de ser derechista, podía comunicarse también en Inglés y, para colmo de males, expresó que todo su saber se lo debía a la Enciclopedia Británica, la que desde nene empezó a leer de corrido y en idioma anglo por supuesto, a diferencia de muchos de nosotros que hoy usamos Google y en español. O para relevar el género los cuentos completos de Silvina Ocampo.
La traducción del rosarino Aldo Pellegrini, de “Los Cantos de Maldoror” del uruguayo Isidore Ducasse , no hubiese estado mal o una antología poética de Girondo tampoco; quizás si alguno de Luis Majul como “Él” (sobre Néstor) o “Ella” (sobre Cristina), aunque yo hubiera optado por uno más reciente “Periodistas en el Barro”. O, de que en un arranque de transparencia y tolerancia que hubiese hablado muy bien de la libertad de expresión en Argentina, ¿qué tal si la Presidenta Cristina, a pesar del odio parido que debe tenerle al gordo le hubiese regalado el nuevo libro de Jorge Lanata “10 K la década robada”?
Por último estaba también un libro de José Ingenieros que me recomendó hace tiempo Larraguibel, sobre la mediocridad del hombre, que algunos confunden con meritocracia y que por estos días estoy hojeando pero todavía no voy entendiendo. O si de algo under se quería estaba “Marc, la sucia rata” de José Sbarra, en fin la variedad es mucha porque si algo saben los argentinos aparte de ser cancheros y buenos para los juegos de pelota, guantes de boxeo, volantes y tuercas es ser soberbios narradores que nosotros envidiosos de siempre solemos descalificarlos como cuenteros.
Puede ser que la Presidenta Bachelet, tras su viaje para reforzar el Acuerdo de Maipú, decida hacer una reedición nacional del citado libro, es sabido que varios miembros de la Nueva Mayoría ven con buenos ojos el modelo izquierdista estatista argentino y luego de difundirlo la izquierda vinosa del café Torres, Liguria y del Bar The Clinic, cambie el Carménère por el Malbec, en lugar de cortados aprendan a matear un amargo, de aperitivo Gancia con soda, la dieta de verduras por los bifes chorizo y de bajativo, en lugar de piscolas, una ginebra.
Con esto de reforma, interventores y transformaciones el ministro Eyzaguirre dejará de lados sus fashion lentes de marcos rojos, los ternos y ambos de colores blandos, sus corbatas verdes y claras y junto al Ministro Arenas, empiecen a vestir de negro y blanco se dejen crecer las patillas: “Es que se verían repiolas, loco”.
Comments
1 comments to "Bachelet, Cristina y La Cámpora"
13:07
Muy bueno, desde la Patagonia Argentina, un fuerte abrazo
Eduardo
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