viernes, 13 de agosto de 2004

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Osvaldo Wegmann: Barcos hundidos

3 comentarios
Vapor Cordillera. 

Tengo un amigo hombre rana, con quien suelo conversar sobre las maravillas del mundo submarino. El me cuenta sus experiencias con el maestro Francisco Ayarza, quien le está enseñando a un grupo de jóvenes los secretos de esta apasionante práctica, que tiene sus bemoles. El nadador que se lance a las profundidades, sin los conocimientos precisos, corre evidentes riesgos. Pero quien haya asimilado las lecciones y haya pasado las difíciles pruebas, puede descender a grandes profundidades, con las debidas precauciones, y recorrer los enormes espacios submarinos, en busca de la emoción de lo desconocido. A veces siento deseos de imitarlos, pero mi edad y el estado de mi salud me han hecho prudente. Prefiero conformarme con bucear bajo las aguas tibias de la piscina del Club "Almirante Señoret".
Mi amigo hombre-rana me sorprendió en días pasados con una noticia y con un obsequio. Me contó que acompañó a Francisco Ayarza y sus boys a una excursión a San Isidro, a buscar los restos naúfragos del vapor "Cordillera", varado en unas restingas el 20 de septiembre de 1884, o sea hace 98 años. Lo curioso es que dieron pronto con los restos de la nave, que se había desplazado algo al sur, hacia bahía Aguila y pudieron revisar el casco, seriamente afectado por la acción del tiempo. Mi amigo extrajo una extraña botella, que encontró tendida en la arena del fondo. La parte inferior estaba intacta y la superior cubierta por una materia dura, blanquizca, como la de una concha de cholga. La botella ocupa ahora un sitio en mi biblioteca, junto a otras curiosidades, traídas desde mares distintos y lejanos, ya sea del Antártico, de Ceylán, del Caribe, de Del Norte.
Francisco Vidal Gormaz en su libro sobre "Naufragios en las costas de Chile", habla del "Cordillera" y dice:
"Vapor de la Compañía Inglesa de Navegación por Vapor por el Pacífico (P.S.N.C.) procedente de Liverpool y destino a Valparaíso con pasajeros y un cargamento surtido, su capitán Mr. F.L. Gruchy. Este buque hizo su viaje sin novedad hasta Punta Arenas de Magallanes, de donde salió a las 7 h. 30 m. Del día 20 de septiembre de 1884, para encallar cuatro horas más tarde en la restinga que destaca el cabo San Isidro.
El "Cordillera" varó de firme para no flotar más: pero salvaron los pasajeros y tripulantes y asimismo la carga. De los pasajeros, unos se dirigieron a Valparaíso en el vapor alemán "Uarda" y el resto a Punta Arenas por el "Neko" de la Compañía Kosmos.
"La causa del siniestro tuvo por origen un rumbo muy cerrado, dado al "Cordillera", y tal vez la acción de la corriente y un exceso de confianza del capitán Gruchy.
"No nos ha sido posible consultar el juicio sobre las causas emitidas por la Corte Naval Inglesa, con motivo de este naufragio".
Don Francisco Vidal Gormaz tuvo la paciencia y constancia necesarias para reunir en un volumen de 899 páginas, la descripción de todos los naufragios ocurridos en las costas de Chile desde 1520 hasta 1900. Comienza con la pérdida de la nao "Santiago", de la expedición de Hrenando de Magallanes, hundida frente al río Santa Cruz, hoy día Argentina, basado posiblemente en que en la época colonial toda la Patagonia dependía del gobierno de Chile. Esta situación quedó aclarada en 1881, con un tratado de límites, cuyo texto es bueno que se conozca bien a ambos lados de la frontera.
El segundo buque, que naufragó en mar chileno actual, fue el "Sancti Spiritus", de la expedició de García Jofré de Loaiza, en 1526, al mando de Juan Sebastián Elcano. Se ahogaron nueve hombres, salvándose el resto de la tripulación, que fue rescatada por las naves que la acompañaban.
Pero esta es una historia muy larga

La Prensa Austral, 3 de febrero de 1983

Comments

3 comments to "Osvaldo Wegmann: Barcos hundidos"

Juan Jose dijo...
18:14

Lee o vuelve a leer "El Perfume" de Suskind. Luego ve a mirar el estrecho por un par de horas. Vuelve a la mesa de siempre y escribe una novela con un personaje parecido al del perfume. Luego ganaras mucho dinero (que sé que como no te interesa, lo derrocharas...) por tanto te exigo que desde ya, claro, si ganas la casa de las americas o algo asi, me regales un Honda 700 cc para recorrer el sur de Chile.
Parte escribiendo apenas vuelvas del estrecho. No inventes excusas. He leido mucho y sé lo que te digo. Serás una especie de Suskind de Puerto Natales... ya..partiste al estrecho..

Anónimo dijo...
16:05

... No sé si este comentario será leído. El "Uarda" es el vapor en el que Rubén Darío llegó a Chile, donde vivió durante dos años y pocos meses. Era su primer viaje fuera de Nicaragua...

Saludos

hugo dijo...
16:31

Gracias por el dato amigo Anónimo.

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