sábado, 4 de septiembre de 2004

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Octavio Castro Sáez: Puerto Natales 1911 - 1956

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Octavio Castro Sáez presidiendo un desfile. 
Nuestro pueblo cumple el jueves un año más de progresiva existencia. Al traspasar el umbral de sus 45 años de vida, no podemos menos que consignar en estas hojas periodísticas que, por tantos años viene sirviendo a la población, algunos conceptos relacionados con su desarrollo y crecimiento.
Nadie podrá negar buenamente que Natales es, sin duda alguna de esos pueblos que se hacen acreedores de la admiración de la ciudadanía, por el tesón que ha caracterizado a su población, por el esfuerzo, sacrificio y espíritu de lucha que ha demostrado siempre para batallar por su destino y progreso.
Pueblo acunado y mecido en su crecer de todos los días por rudas y limpias manos de gente humilde, trabajadora, dueña de su propio destino y capaz de vencer los peores obstáculos, entra a vivir un nuevo año con crecida confianza en su progreso.
De simple factoría, nacida al impulso potente de una industria, se ha convertido, con el correr del tiempo, en una ciudad que, si bien es cierto no ofrece aún las comodidades, ha logrado grandes avances debido más que nada al esfuerzo, al entusiasmo y afán de progreso de su población que día a día, aumenta ostensiblemente. Decidimos así basados en hechos irrefutables como lo es la vida institucional de Natales, como lo demuestra el pie en que se encuentran sus instituciones deportivas, sociales y de todo orden. Mientras pueblos muchos más antiguos que el nuestro se debaten en un atraso colonial y no cuentan con los más elementales servicios públicos, Natales ofrece a la consideración de todos un avance efectivo y prometedor.
La progresiva disminución de sus fuentes de trabajo ha hecho pensar a muchos que el pueblo perecería como tal. Pues bien, ante este pesimismo, muchas veces fundado por cierto, hemos sostenido junto con la población nuestro derecho a la existencia como pueblo, como ciudad y creemos que cada día estamos logrando mayor éxito.
Ante el cierre de uno de los frigoríficos se creyó que se podría producir el desbande de los pobladores. Ello no ocurrió, pues vino en nuestro auxilio la puesta en marcha del Yacimiento Carbonífero de Río Turbio, en la República Argentina, y los natalinos una vez más pudimos salir adelante. Ahora confiamos en el Puerto Libre y en la subdivisión de las tierras para asentar en forma definitiva las bases de un seguro progreso para nuestro pueblo. Los agoreros y los intereses en juego para derribar el espíritu de lucha de los trabajadores de Natales, que constituyen la gran mayoría de la población, serán vencidos una vez más. Natales ha adquirido el vigor de pueblo adulto y las nuevas familias que acoge en su seno con bondad, cariño y fraternidad natalinas tan alabadas en la provincia y en Chile, han de sumarse al esfuerzo general para seguir avanzando sin cesar.
Las obras de alcantarillado, próximas a iniciarse, así como los planes de edificación puestas en marcha, la construcción de un hospital y poblaciones permitirán en breve plazo lograr nuevas fisonomías urbanísticas, de salubridad uy confort ciudadano. Bastante nos ha costado a los natalinos conseguir todo lo alcanzado. Hace falta que no se desmaye en ningún instante para seguir abriendo y empujando las puertas del progreso. Le ha cabido en esta lucha de todos los días papel preponderante a las organizaciones políticas y sindicales; esto debe reconocerse hidalgamente. Es cierto en muchas ocasiones se ha cargado la nota en esta actitud combativa, pero no lo es menos que ello se justifica por el afan de avanzar rápido en la solución de nuestros problemas y al hecho que no siempre pueden conciliarse las posiciones de lucha.
Natales, en su corta vida, como le ocurre a todos los pueblos, ha tenido adversidades, en el orden administrativo. Aquí no haremos crítica ni el panegírico. La tarea sería larga. Por otra parte nuestra historia como pueblo es muy breve y por lo mismo conocida. Por lo demás el propio pueblo siempre y en todas las circunstancias ha superado todos los obstáculos porque hay que decirlo de una vez, los trabajadores, el pueblo de Natales ha sido el protagonista único y exclusivo de su propia gesta de pueblo libre que sabe lo que quiere, sabe como obtenerlo y que por lo tanto no necesita de tutorías de ninguna clase. Y si no, recordemos las luchas sostenidas por la población natalina, gente digna y respetable por su altivez y espíritu de superación.
En este aniversario saludamos a nuestro pueblo y le decimos, ¡Adelante, siempre adelante y sin desmayos ni flaquezas! Hagamos de la honradez, el esfuerzo y la lealtad nuestro lema de pueblo esforzado y viril.

Publicado en "El Austral", 29 de mayo de 1956.

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