jueves, 25 de mayo de 2006

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El infierno tan temido

1 comentarios
Pueblo chico, infierno grande. Ciudad grande, infierno más grande. Puerto Natales, infierno total. Estoy esperando a mi hijo a que salga del colegio y entra el tipo que trabaja en el banco. El tipo siempre me ha saludado con respeto y hasta diría con un poco de obsecuencia. Esta vez, no. Apenas un leve movimiento de cabeza imperceptible. Gesto típico de que El General Rumor ha sentado sus raíces nuevamente por mi vida. Ya hablaba de esto en un poema. Ahora yo me pregunto: De qué se me acusará esta vez. ¿Habré asaltado a la Luna? ¿Corrupción de menores? ¿Lavado de dinero? ¿Contactos con Al Qaeda ? ¿Proxeneta? ¿Traficante de colmillos de elefante? ¿Mal amigo? ¿Mal padre? ¿Reducidor de especies robadas? ¿Cogotero? ¿Delatador? ¿Vendedor de cocaína? Todo puede suceder en la dimensión desconocida de un pueblo en donde siempre mi suerte fue esquiva. En donde siempre el baile es continuo y siempre sigo sacando a la más fea. De repente dan ganas de apretar el Delete, por lo menos de este blog. Mientras tanto deberé soportar que el tipo que trabaja en el banco siga saludándome con un leve movimiento de cabeza. A partir de hoy yo también habré de saludar al pueblo, con un leve movimiento de cabeza.

Comments

1 comments to "El infierno tan temido"

alnacif dijo...
12:43

Estimado, existir trae consigo miradas.
Siempre vemos, y de distintas maneras, bien y mal, a las luces en los postes.
La peor y la más miserable de las muertes es la indiferencia, trae consigo la ausencia de afecto, tanto el odio como el amor.
Un abrazo,

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