viernes, 8 de febrero de 2008

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Sofía

3 comentarios
Y todos los días la misma historia. Que la gata hizo esto que la gata hizo lo otro. Llegaba yo y empezaba la función. Que la gata se meó en el sillón. Que la gata descansa en el aserrín y se caga en el diván. Muchas veces salía de carrete con amigas y amigos, llegaba a los tres días y comenzaba el reclamo. No hay nada más de fastidioso que una salga de carrete y llegue a la casa y comiencen a hincharte las pelotas, porque en esas condiciones lo que una quiere es descansar, ¿o no crees tú?. Mi marido decía; claro tú, la linda de carrete y nosotros tenemos que soportar esta gata. Que la gata rompió una copa. Que la gata rompió un cuadro. Que la gata arañó al cabro chico. Hasta que un buen día me hartaron. Había llegado borracha y dale que dale con la gata. Les dije; tráiganme a la gata y pónganla acá arriba de la mesa. La pusieron. Ahora estírenla, tú y la Helena de cada lado. La estiraron. Agarré el cuchillo y la corté por la mitad. Les dije, ahora terminó el hueveo con la gata. Todos se pusieron a llorar. La verdad que una no puede entender qué chucha quiere la gente.

Comments

3 comments to "Sofía"

Jorval dijo...
12:47

Don Milodón. Leo todos sus cuentos, pero este lo encuentro genial. Felicitaciones.

Anónimo dijo...
18:06

lloro de risa ante este texto aristotelicoshakespereano






n.

Anónimo dijo...
23:34

estoy de acuerdo contigo, a veces no entiendo que quiere la gente.....
Norval

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