Por Devito
Cuando era niño, en la década de 1970, me gustaba leer mucho. Mi tío Dagoberto, ya fallecido, era un tipo moreno, de mediana estatura, rengo de la pierna izquierda pero con un gran corazón. Fanático de la lectura de libros, revistas de historietas, periódicos y diarios, siempre me llevaba a cambiar sus ejemplares a donde la señora María Ojeda, en la calle Phillipi frente al estadio municipal, o a las casas de sus amigos Segovia, el zapatero de la calle Bulnes casi al llegar a Galvarino; de "Marely" Berrueta, el "come ajos", en la calle Domeyko o al domicilio de Mirko Utrovicic, en la población Nueva Patagonia. Con ellos intercambiábamos las súper revistas argentinas "El Tony", "Dartañan", "Fantasía" e "Intervalo"; otras de guerra como "U- 2", "Trinchera", "El Espía 13" y "Roberto Britton", as de la RAF durante la Segunda Guerra Mundial. También se truequiaba revistas de aventuras del oeste americano donde se lucían valientes personajes como el colorín "Red Rider" y su inseparable compañero "Castorcito", un niño indio. Otros héroes eran el enmascarado "Llanero Solitario" y su amigo "Toro", un nativo apache; "Roy Rogers", el cowboy rey del lazo y el justiciero Hopalong Cassidy. También se leía mucho a "Tarzán de los Monos", siempre acompañado de "Chita" su chimpancé, "Numa" un melenudo león y "Tantor" un gran elefante. Las aventuras en la selva africana de "El Intocable" o "Mizomba" y "Mawa", la mujer salvaje que se hacía acompañar por dos jaguares, eran igual de apasionantes que las del célebre personaje creado por Edgar Rice Burroughs.
En materia infantil, las entrañables revista argentinas "Anteojito y Antifaz" y sus amigos: "Pucho", "Larguirucho", "Brutus", "Negrus" y "Súper Hijitus", además del siempre ilustrado y educativo "Billiken", agitaban mis emociones. Pero lo que más me llamaba la atención eran las revistas de Walt Disney, "El Pato Donald", "El Ratón Mickey", "Tribilín" y "Tío Rico", junto a un gran elenco de amenos personajes encabezados por "Rico Mac Pato", un malhumorado y tacaño multimillonario; "La Abuela Pata", que imponía el orden y la mesura en la familia plumífera; "Deysi", la coqueta enamorada de Donald; "Giro sin Tornillos", el genio inventor; "Glad con Suerte", que nunca trabajaba gracias a su súper suerte; "El Perro Pluto", fiel amigo y compañero; "Los tres Chanchitos", siempre evitando caer en las fauces del malvado lobo feroz y los fabulosos sobrinos Hugo, Paco y Luis, que integraba la agrupación de los "Corta Palos", con niños aventajados, generosos, amantes de la naturaleza, servidores públicos y sobre todo seres impregnados en ideales como la honestidad, solidaridad, lealtad, respeto y consecuencia.
Mi tío Dagoberto fue el que me trasmitió ese maravilloso vicio de leer que aun hoy pasados los 40 años sigo saboreando. Pienso que en el actual mundo adolescente él y yo seríamos catalogados como seres raros, mateos, mamones y aburridos. Mi tío leía bastante y por consiguiente sabía mucho, estaba permanentemente informado. Una gran ventaja en aquellos años y que ahora parece estar al alcance de todos gracias a un aparatito llamado computador que se instaló en nuestras vidas para siempre. Gracias a él podemos navegar vía Internet a través del mundo desde un simple escritorio o desde el lugar en que nos encontremos, además de bajar la información que necesitemos en cualquier ámbito del saber y hacer un sin número de otras operaciones. Ni hablar de las redes sociales y de otros embutidos informáticos. En fin, pareciera que hoy toda la información y traspaso de la misma está al alcance de la mano. Premisa rara en todo caso, pues vasta escuchar y ver en pleno siglo XXI el deplorable estado en que se encuentra la calidad de la educación en nuestro país. Las grandes mayorías coinciden en que simplemente está por el suelo, y esa es la verdad. Sin embargo, una cosa es cierta, los lectores habituados y los informados seguirán teniendo siempre una ventaje sobre los no lectores y desinformados. Los primeros tenemos derecho a opinar y sabemos que opinar, los segundos en cambio, hacen lo que otros le dicen sin saber por qué.
La informática nos invita a emprender grandes y nuevos desafíos, como el acceder y comprender la esencia del realismo contemporáneo, que por ahora nos tiene insertos en una de las peores crisis educacionales de nuestra historia. ¡VIVA LA LECTURA!
En materia infantil, las entrañables revista argentinas "Anteojito y Antifaz" y sus amigos: "Pucho", "Larguirucho", "Brutus", "Negrus" y "Súper Hijitus", además del siempre ilustrado y educativo "Billiken", agitaban mis emociones. Pero lo que más me llamaba la atención eran las revistas de Walt Disney, "El Pato Donald", "El Ratón Mickey", "Tribilín" y "Tío Rico", junto a un gran elenco de amenos personajes encabezados por "Rico Mac Pato", un malhumorado y tacaño multimillonario; "La Abuela Pata", que imponía el orden y la mesura en la familia plumífera; "Deysi", la coqueta enamorada de Donald; "Giro sin Tornillos", el genio inventor; "Glad con Suerte", que nunca trabajaba gracias a su súper suerte; "El Perro Pluto", fiel amigo y compañero; "Los tres Chanchitos", siempre evitando caer en las fauces del malvado lobo feroz y los fabulosos sobrinos Hugo, Paco y Luis, que integraba la agrupación de los "Corta Palos", con niños aventajados, generosos, amantes de la naturaleza, servidores públicos y sobre todo seres impregnados en ideales como la honestidad, solidaridad, lealtad, respeto y consecuencia.
Mi tío Dagoberto fue el que me trasmitió ese maravilloso vicio de leer que aun hoy pasados los 40 años sigo saboreando. Pienso que en el actual mundo adolescente él y yo seríamos catalogados como seres raros, mateos, mamones y aburridos. Mi tío leía bastante y por consiguiente sabía mucho, estaba permanentemente informado. Una gran ventaja en aquellos años y que ahora parece estar al alcance de todos gracias a un aparatito llamado computador que se instaló en nuestras vidas para siempre. Gracias a él podemos navegar vía Internet a través del mundo desde un simple escritorio o desde el lugar en que nos encontremos, además de bajar la información que necesitemos en cualquier ámbito del saber y hacer un sin número de otras operaciones. Ni hablar de las redes sociales y de otros embutidos informáticos. En fin, pareciera que hoy toda la información y traspaso de la misma está al alcance de la mano. Premisa rara en todo caso, pues vasta escuchar y ver en pleno siglo XXI el deplorable estado en que se encuentra la calidad de la educación en nuestro país. Las grandes mayorías coinciden en que simplemente está por el suelo, y esa es la verdad. Sin embargo, una cosa es cierta, los lectores habituados y los informados seguirán teniendo siempre una ventaje sobre los no lectores y desinformados. Los primeros tenemos derecho a opinar y sabemos que opinar, los segundos en cambio, hacen lo que otros le dicen sin saber por qué.
La informática nos invita a emprender grandes y nuevos desafíos, como el acceder y comprender la esencia del realismo contemporáneo, que por ahora nos tiene insertos en una de las peores crisis educacionales de nuestra historia. ¡VIVA LA LECTURA!
Comments
2 comments to "Leer es un placer genial, sensual"
00:30
Cuando solamente habia radio se esperaba la llegada de Zig-Zag y VEA a la Libreria El Cupido, para ver las imagenes de lo que habia informado la radio. Llegaba igual El Peneca y no demoraba en caer en mis manos, despues llego Billiken. Y hay que recordar el mercado de novelas de cowboy usadas que se cambiaban en los mismos locales con los Tony.
23:04
QUE BUEN LECTOR, LO FELICITO. LA LECTURA ES COMO EL HÍGADO DEL ALMA. YO NUNCA FUI CLIENTE DE LA LIBRERÍA EL CUPIDO...NO TENÍA PLATA PARA COMPRAR REVISTAS...SOLO ME QUEDABA ESPERAR QUE MIS AMIGOS HIJOS DE MINEROS ME PRESTARAN LOS MARAVILLOSOS BILLIKEN, ANTEOJITO Y ANTIFAZ E INTERVALO, EL TONY, ETC.
SALUDOS
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