Por Edgardo Cea Oyarzún.
Profesor de Historia y Cs. Sociales.
El domingo 28 de octubre de 2012, los chilenos fuimos invitados a participar de un nuevo proceso electoral para elegir a las nuevas autoridades municipales, alcaldes y concejales. Digo que fuimos invitados, pues por primera vez en nuestra historia republicana,la inscripción de los electores se hizo en forma automática y el voto pasó a ser voluntario(Ley 20.568).
Nuestros parlamentarios, senadores y diputados de todas las bancadas, no tuvieron que bregar mucho para ponerse de acuerdo y aprobar, por unanimidad, la casi totalidad del proyecto de ley, menos una iniciativa, incluir en las mallas curriculares de Enseñanza Media el ramo de Educación Cívica (1), nada más y nada menos. El argumento dado por nuestros honorables (elegidos mediante voto obligatorio) a tan inicua decisión, fue la falta de quórum, que sin embargo, al parecer no se produjo para aprobar el resto del contenido de la citada propuesta. El hecho, fue catalogado de histórico por el ministro secretario general de la presidencia Cristian Larroulet, quien lo comparó solo con la dictación de la ley que concedió el derecho a sufragio a las mujeres en Chile hacia 1950.
Los partidos políticos, los políticos de profesión, los que viven de la política y los politiqueros de turno quedaron satisfechos. Como no lograron durante décadas hacer participar mediante la obligatoriedad a más de tres millones de votantes menores de 30 años que no estaban inscritos en los registros electorales, apostaron esta vez por la inscripción automática y apelaron a “la libertad de conciencia cívica”, lo que un religioso llamaría el libre albedrío. Pero como diría un buen roto chileno, “le salió el tiro por la culata”¡la abstención en el país fue cercana al 60%! O sea más de siete millones de electores no sufragaron,de un universo total de empadronados superior a los trece millones. Pero eso no fue todo, la región de Magallanes lideró la lista con un 72% de abstenciones. En otros lugares del país ocurrieron episodios tragicómicos, como en la comuna de Puente Alto en Santiago, donde en 15 locales habilitados no llegó ni un solo votante a sufragar.
LA LEGALIDAD Y LA VALIDEZ FILOSÓFICA DEL VOTO
La actual normativa electoral avalada por la legalidad constitucional vigente, permite al ciudadano elector optar por cuatro opciones claramente definidas: 1º votar por un candidato a fin; 2º votar nulo; 3º votar en blanco y 4º no votar. Desconocer alguna de estas cuatro opciones es simplemente negarse a aceptar lo que la institucionalidad democrática manda.De tal manera que en mi condición de ciudadano respetuoso de la legalidad que nos rige, me pronuncié por NO VOTAR y lo hice basado en el simple razonamiento hegeliano que sigue:
No es casualidad que en el último tiempo uno de los poderes púbicos menos valorado y calificado a nivel nacional sea la clase política, su legitimidad está por el suelo, los Partidos no tienen ninguna credibilidad y para la mayoría de la gente muchos de ellos, se han convertido en meros refugios de seudos líderes carentes de conocimientos, valores, ideales y doctrina, o sea, loncos y caudillos de cuarta o quinta categoría, hombres y mujeres, que sin escrúpulo ni respeto por sus pares se candidatean al alero de uno u otro bando que sin evaluar virtud alguna los cobijan y apoyan con una ligereza preocupante.
Por cierto, hoy no se requiere ser lógico para entender por qué los procesos electorales en Chile no son vistos por la ciudadanía como actos de expresión cívica del cual se deba participar. Las elecciones, cualquiera sea su tipo o rango, son vistas por el común de la gente como un mero trampolín para los señores candidatos que, en nombre del pueblo, van tras la consecución de beneficios personales, familiares o grupales. Lamentablemente, Natales no es la excepción cuando hablamos de los acomodos, nepotismos y “vendimias”. Es cuestión de darse una vuelta por las reparticiones públicas, edilicias y educacionales del pueblo para enterarse de las nuevas caras del gobierno de turno, de los allegados del gobierno de turno y de los colgados del gobierno de turno. No hay peor mezcla que la de obtener logros por la miserable vía del “pituto”, sinónimo de ignorancia, falta de ética y pobreza interior.
¿Es ésta la nueva forma de hacer política? Una notable frase del poeta y profesor de castellano de la Universidad Católica de Chile, Cristián Warnken, publicado en un diario capitalino en el mes de octubre del año en curso, dice: “…En estos días resuenan los versos del poeta irlandés W. B. Yeats; Los mejores carecen de toda convicción / mientras que los peores están llenos de apasionada intensidad”.
Lamentablemente Yeats parece estar en lo correcto. Hemos sido testigos de la práctica, los métodos y procedimientos que usaron la mayoría de los candidatos (as) para obtener la adhesión del respetable. El simplismo los llevó primero a centrar las campañas en los sectores poblacionales culturalmente más permeables y socialmente vulnerables. Es la época del año donde más canastas familiares se reparten, más boletas de luz, agua y gas se pagan, más choripanes, sándwich de mortadela, jugos, bebidas y dulces se regalan, es el momento de los cantores charros y cumbieros y donde las “caritas pintadas” y las sobadita de espaldas están a la orden del día. Con esto, el candidato que logró ser electo tendrá su recompensa y podrá recuperar la inversión recibiendo jugosos sueldos y beneficios que cualquier obrero de este país que trabaja de sol a sol desearía tener. En la antigua Roma llamaban a esta lodosa práctica “Pan y Circo”. Por eso me negué a traspasar mi derecho soberano y mi confianza cívica a personajes de tal fuste para que gobiernen mi comuna. Acaso ¿alguno de los honorables concejales recientemente electos se preocupará de exigir a nuestras autoridades educacionales que se imparta en colegios y liceos de la comuna el ramo de Educación Cívica?
Sepan las autoridades (porque no lo saben), que la educación es la base del conocimiento, del desarrollo integral de las naciones y de la humanidad toda, y que jamás será una tarea que le competa solo a las escuelas, liceos y universidades. A este gran proceso formativo están llamados a ser parte todas las entidades y componentes de la sociedad, a saber: filósofos teóricos, académicos, familia, alumnos, profesores, psicopedagogos, psicólogos, psiquíatras, trabajadores sociales, juristas, economistas y políticos; si…políticos, aunque nos guste o no, estos señores (as) tienen un vital protagonismo en la planificación, estructuración y funcionamiento del sistema educativo nacional, regional, provincial ¡y comunal! El riesgo está creo yo, en que la pobreza de ideas, la mediocridad y los neófitos caciquismos terminen por convertir a la educación municipalizada en un W.C.
En fin…me pregunto en qué momento comenzó a privilegiarse lo peor por lo mejor de nuestra idiosincrasia. Honestamente no lo sé, quizás la siguiente cita del profesor Cristián Warnken tenga la respuesta: “Pareciera que todos, o casi todos, fueron de a poco traicionando una parte de su propia alma para entrar en una vertiginosa carrera por el poder, del poder por el poder”.
Natalinos, dónde diablos hemos dejado el legado y el ejemplo de nuestros conquistadores, colonizadores y gente de bien que nos dio cariño y gentileza , cito algunos: Juan Ladrillero García, Herman Eberhard Schmidt, Cipriano Pedrero Salgado, José Iglesias Díaz, Alberto María de Agostini, Casilda Téllez, Petronila Rodríguez, Bruno y David Canobra, Julio Burgos Mendoza, Pilar Bórquez Gallardo, Miguel Ángel León, María Vásquez, Juan Aguilar Collao, Octavio Castro Sáez, Augusto Essmann Burgos y Álvaro Soto Bradasich; todos ellos ejemplos de valentía, esfuerzo, trabajo, honestidad, consecuencia, altruismo, compromiso público, con sentido de impersonalidad del poder imbuidos en una pasión genuina por lo que hacían en pos de sus ideales.
Qué fue del espíritu solidario y fraterno que caracterizó el diario vivir de nuestros abuelos y padres; los grandes ideales y líderes que guiaron a los otrora sindicatos proletarios en la Patagonia; las reivindicativas y justas luchas sociales que incluso cobraron la vida de muchos obreros y representantes de la ley; la enorme capacidad asociativa que tuvo la comunidad natalina agrupada en más de una veintena de instituciones altruistas, mutualistas, filosóficas, educacionales, culturales y deportivas; cuando en mi pueblo circulaban cinco periódicos a la vez y donde el respeto, admiración y reconocimiento a los educadores, médicos, artistas, escritores, poetas, investigadores y deportistas locales se hacía por convicción y no por lucimiento.
Quizás lo escrito hasta aquí pueda causar la impresión de que su autor es un negativista inducido, anarco, antisocial o simplemente “malas pulgas”, pero debo decirles que a pesar de todo, sigo siendo un gran optimista y siempre fiel a mis convicciones, creo en mi gente por lo que hacen y por lo que valen, en mi familia; en mis colegas profesores con quienes comparto el diario y cada vez más difícil desafío de intentar formar y educar a niños, adolescentes y adultos en un sala de clases municipal; en mis detractores y admiradores; en los escritos y en la poesía de mi notable amigo Hugo Vera Miranda que no se cansa de inventar mundos nuevos; en la pasión de Catrina mi ocasional compañera; en las reminiscencias de mis octogenarios amigos Carlos “Chivia” Gallardo, el zapatero Ernesto Ojeda Oyarzún, el mueblista Héctor “Livianito” Oyarzo Chávez, las agentes culturales Zulema Ojeda Moya y Ana Paredes Vidal; en la inteligencia, talento y habilidad para los negocios de mis jóvenes sobrinas profesionales Casandra y Doris que me han llevado a repensar el por qué elegí ser profesor;en desentrañar la historia de mi pueblo que lamento el no poder hacerlo desde mi profesión, en fin…en mis debilidades y fortalezas; en mi eterna lucha por sobrevivir cada día y tratar de ser mejor hora a hora;
Nuestra tierra es sublime y sufrida, nunca ha sido fácil vivir en Natales. Tal vez nos salve nuestra lejanía, esa que nos obligó alguna vez a ser fieles a nuestra propia alma y encontrar nuestras propias medidas, nuestros sagrados límites que nos protegieron de todo oportunismo, vulgaridad, fanatismo y desmesura. Ojalá que esta vergüenza cívica que hemos vivido, obligue a los partidos y a los políticos pensantes (que tienen que haber) hacer un profundo análisis interior de lo que está pasando. Ha quedado demostrado que la carencia de ideas de los candidatos se evidenció en la falta de programas que interpreten el sentimiento de la ciudadanía que no siente que se están satisfaciendo sus necesidades.
El nuevo cuerpo de concejales que asumirá el 5 de diciembre próximo, lo hará con un escaso nivel de representatividad, avalados por cierto, solo por el nefasto sistema electoral, que permite que “los arrastrados” se conviertan en autoridades. Piñera está preocupado por lo que viene, no es para menos.
(1) La educación cívica tiene como objetivo otorgar a los estudiantes los conocimientos necesarios para que, en el futuro, cumplan con su rol de ciudadanos, conozcan primero sus deberes y luego sus derechos y se comprometan a formar parte de la comunidad libre que los cobija. (El autor) “Los programas son muy malos en la educación pre universitaria”, ya que “no hay nada sobre la Constitución y muy poco sobre derechos humano. Si uno no adquiere en el colegio la conciencia de querer participar y la certeza de que alguien toma esta participación en serio, la falencia podría durar para siempre”.Osvaldo Silva Galdames, profesor de Estado en Historia, Geografía y Educación Cívica de la Universidad de Chile, La asignatura de Educación Cívica fue eliminada de las mallas curriculares a partir de septiembre 1973, con el Golpe de Estado que puso fin al gobierno republicano de Salvador Allende. Repuesta posteriormente, en 1991 volvió a sacarse del currículum. Paralelamente, se eliminaron horas en la asignatura de historia (¿…?)
Comments
2 comments to "Voto voluntario ¿Un deber Cívico?"
16:09
Muy bueno su escrito Profesor,no lo había leído felicidades como siempre muy buenas acotaciones y verdades.
Gladys.
21:22
Estoy de acuerdo con Gladys. Me apestan los politiqueros, sobre todo los ignorantes que hay en Natales
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