Punta Arenas año de 1950. Calle Bories. |
Una mañana de sábado, caminando por calle Bories, suena el
celular, me llama La Zita, su segundo nombre es
Leontina, es mi madre, falleció el año pasado.
Me agrada escucharla, pregunta por el Leo, las
chicas y su casa. Está preocupada porque no la había llamado.
- Pensé que estabas enfermo -dijo.
- Nada que ver- le contesté. Está todo bien.
Lo de siempre, hablamos poco, lo justo y necesario, casi distantes,
es mejor así o terminamos peleando.
-Chao- le dije, que se me acaban los minutos.
No tenía caso decirle que la extraño, que me siento solo.
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