Nunca acabaré de entender el trabajo de los hombres de leyes, será porque soy vulgar, ignorante y medio leso, por ello encontré raras, muy raras, las declaraciones de ese abogado de la plaza, quien dijo por la prensa regional, que 250 millones de pesos de indemnización fiscal es una cifra razonable por la vida de una lactante fallecida por una supuesta negligencia en la unidad neonatológica del hospital local. Expresando aquello en su condición de abogado de la familia que demanda al centro asistencial, luego de rechazar los 80 millones de pesos ofrecidos por el fisco como compensación económica.
Es que en mi supina ingenuidad creía, tontamente, que la vida no tenía precio, es más, era invaluable, y eso de que “cada hombre tiene su precio”, solo era parte de la leyenda de negra de Fouche para imponer la desconfianza y el terror durante la revolución francesa.
Quisiera creer que fue un descuido de jurisconsulto, o que se le sacó de contexto y que no quiso decir aquello, o que creía estar conversando con sus pares y no ante los caza cuñas profesionales. Es más, puede ser que no supo diferenciar el público, y se creyó eso del juicio popular pero los mass media, por mucho que estos lo deseen no tienen la misión de ser estrados y aunque, por cierto, tienen audiencias, estas no son las que se realizan en tribunales.
Tengo juristas conocidos, me dicen de qué me extraño, sin en la vida nada es gratis y habiendo demandas civiles mediante hay que valorizar y ponerle precio a todo. Ojala la contraparte pague en chinchin, cash, dinero constante y sonante, nada de plástico, ni el viejo vale vista.
Como es una profesión liberal hay que fijar honorarios acordes al mercado, eso sí sin ser inescrupuloso, porque todo esfuerzo tiene su recompensa, conlleva una ganancia, así se acuerda con el cliente una adecuada forma de pago, a sabiendas que el IPC es una muy cuestionada forma de cálculo un 20, 30 o 40 por ciento de lo ganado que vayan a parar para el profesional de las normas es lo aceptable eso sí, nunca más del 50 por ciento, porque sería –o sonaría- poco ético.
De ahora en adelante, ya no me vengan más con eso de que una vida no se paga ni con todo el oro del mundo, en los días que corren en Punta Arenas, la vida no vale nada, tan solo míseros 250 millones de pesos, pensar que el estado decía que valía 80 ¿dónde iremos a parar?
Es que en mi supina ingenuidad creía, tontamente, que la vida no tenía precio, es más, era invaluable, y eso de que “cada hombre tiene su precio”, solo era parte de la leyenda de negra de Fouche para imponer la desconfianza y el terror durante la revolución francesa.
Quisiera creer que fue un descuido de jurisconsulto, o que se le sacó de contexto y que no quiso decir aquello, o que creía estar conversando con sus pares y no ante los caza cuñas profesionales. Es más, puede ser que no supo diferenciar el público, y se creyó eso del juicio popular pero los mass media, por mucho que estos lo deseen no tienen la misión de ser estrados y aunque, por cierto, tienen audiencias, estas no son las que se realizan en tribunales.
Tengo juristas conocidos, me dicen de qué me extraño, sin en la vida nada es gratis y habiendo demandas civiles mediante hay que valorizar y ponerle precio a todo. Ojala la contraparte pague en chinchin, cash, dinero constante y sonante, nada de plástico, ni el viejo vale vista.
Como es una profesión liberal hay que fijar honorarios acordes al mercado, eso sí sin ser inescrupuloso, porque todo esfuerzo tiene su recompensa, conlleva una ganancia, así se acuerda con el cliente una adecuada forma de pago, a sabiendas que el IPC es una muy cuestionada forma de cálculo un 20, 30 o 40 por ciento de lo ganado que vayan a parar para el profesional de las normas es lo aceptable eso sí, nunca más del 50 por ciento, porque sería –o sonaría- poco ético.
De ahora en adelante, ya no me vengan más con eso de que una vida no se paga ni con todo el oro del mundo, en los días que corren en Punta Arenas, la vida no vale nada, tan solo míseros 250 millones de pesos, pensar que el estado decía que valía 80 ¿dónde iremos a parar?
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