miércoles, 8 de octubre de 2014

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De avivamientos y cónclaves en Magallanes

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Por Pepito El Breve
Intendente de Magallanes Jorge Flies.
Magallanes ha sido por siempre lugar de manifestaciones desde la revuelta obrera en Puerto Natales el año 1919, el puntarenazo del 86 hasta la protesta del gas de 2010 y sin olvidar, por cierto, las continuas manifestaciones de ovnis que de manera constante se aprecian en la Patagonia chilena austral, pero lo ocurrido tras el “Cónclave de la Nueva Mayoría”, fue diferente no colectiva sino, más bien, individual.

Es que en dicho evento, el discurso del Intendente Jorge Flies fue catalogado, y aplaudido, como la manifestación del nuevo liderazgo de la primera autoridad regional. Ello, por cuanto, a poco de asumir en marzo debió hacer frente a críticas de café que cuestionaban su nominación por provenir del mundo profano al establishment partidario.

No obstante Flies, un reconocido médico que llegó a la zona junto con el nuevo milenio ¡que simbólico! desde el gobierno de Lagos ocupaba un cargo de dirección provincial en salud, puesto donde navegó sin mayores turbulencias en las aguas de los gobiernos de la concertación y de la alianza. Gracias a su gestión fue posible la construcción del nuevo hospital clínico regional, un chiche entre los hospitales públicos del país.

A Flies, quizás si por deformación religiosa -dicen que es obispo de la Iglesia Bautista Pentecostal- le hubiese gustado que por esto del ecumenismo y dando una fuerte señal a la libertad de culto la reunión de la Nueva Mayoría mejor se hubiese llamado Avivamiento: "una acción iniciada por Dios -en este caso sería el Gobierno de la Nueva Mayoría- en la que los creyentes oran, se arrepienten de sus pecados, y vuelven a una relación santa, llena del Espíritu, obediente y amorosa con Dios”, pero conocida es la enorme influencia que ejerce la Iglesia Católica en la política nacional y el encuentro terminó denominándose igual que esa reunión donde los cardenales eligen Papa.

Nadie sospechaba, eso sí, que en el masivo evento el hablamiento de Flies casi convertiría a su redil a herejes y paganos, no digamos que muchos se volvieron canutos, sino en fervientes admiradores de la primera autoridad regional. Si bien las semejanzas no son buenas, tal vez si algo de las mejores prédicas antidictatoriales del Obispo Tomás González les debe haber recordado.

Es que el intendente con voluntad evangélica ha moldeado su paciencia y con un manejo privilegiado de la retórica evangelista, ha sabiendas que la desmotivación militante es un peligro latente que lleva al fracaso a los conglomerados, poseedor del don de la glosolalia habló en lengua de la Nueva Mayoría no escatimó alabanzas acerca de las bondades que para Magallanes y el país traería consigo el proyecto del nuevo gobierno.

Para varios actores, la prensa escrita entre ellos, su deslumbrante y extenso panegírico- si bien no dijo nada nuevo habló harto ni que fuera Fidel Castro- fue la expresión genuina de su despertar político que cautivó a los tercos y testarudos que se negaban a aceptarlo.

Pero, como en el mundo de hoy la fe es escasa, poco duró el cariño que profesaban al intendente y al igual como esos reos, que mostrándose devotos a pie juntillas de la fe cristiana, con el único fin de un mejor pasar tras las rejas pero una vez libres ni culto ni misa, no habiendo pasado unos meses desde el cónclave sectores de la Nueva Mayoría vuelven a cuestionar el liderazgo del “pastor” por dejarlos abajo de la mesa de cargos políticos o denuncian distanciamiento de la autoridad regional con las cúpulas partidarias. 

Como si el intendente esté transfigurándose y su estatura de gigante lo estuviera volviendo egoísta, la otrora infantil cara imberbe de buen samaritano esté volviéndose en la de un diablillo, rojo por cierto, le estén creciendo cuernos, estuviera metiendo la cola en las nominaciones y corriendo con colores propios.

Tal vez Flies, en su ingenuidad cristiana, pensó que podría cambiar el quehacer del mundillo político regional se creyó los halagos mediáticos y, a pesar de buen cristiano, descuidó las enseñanzas históricas de su fe olvidando que su cargo, no su persona, siempre será objeto del deseo de unos cuantos, y como peca de no tener militancia, más que del amor que debe profesar a su Dios, al primer cambio de gabinete pedirán, en bandeja de plata, la cabeza del bautista.

Es que para la realpolitik regional la intendencia es codiciada por ser una buena vitrina para futuras elecciones comunales o parlamentarias, sobre todo ahora que en Magallanes, como en el resto del país, hay una oposición ausente y si aumentan los cupos parlamentarios algo caerá.

Se está a la espera de que se cumplan con los anuncios de conclaves provinciales, allí debieran ser invitados tanto el cura pueblo, como también machis y meicas, por eso de la religiosidad popular.

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