domingo, 18 de julio de 2004

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Jorge Díaz Bustamante: Ascencio Brunel, el hombre y la leyenda

2 comentarios

Hacia finales de los años 1890, la región de Ultima Esperanza comenzó a poblarse lentamente, llegando a vivir allí todo tipo de individuos; aventureros, exploradores, colonos y también bandidos, que huían de la justicia a una región practicamente desconocida y olvidada. La Patagonia era un terreno propicio para escapar del brazo de la ley.
Desde Uruguay, o posiblemente proveniente de las Malvinas llegó a la floreciente Punta Arenas, Ascencio Brunel, un hombre que debido sus singulares características llegaría a ser un personaje legendario. Aquí, dada sus condiciones de experto jinete se desempeñó como gaucho. Oficio del cual era reconocido como un experto.
En Punta Arenas cometió un homicidio, debido a un problema de faldas, según los comentarios posteriores, y huyó robando dos caballos. Prófugo de la justicia inició una vida marcada por el delito, la que con el paso del tiempo se convertiría en leyenda.
Por aquel entonces la región de Ultima Esperanza recién comenzaba a poblarse. Allí se refugió, fue esta su mejor guarida. Recorrió toda la región cazando animales baguales, preferentemente caballos. Esto no evitó, por supuesto, que robara en más de una oportunidad el ganado de los tehuelches o de los colonos que encontraba a su paso.
Sus andanzas comenzaron a ser conocidas y fue buscado por policías y colonos de Chile y Argentina. Un caballo muerto sin lengua, era señal de que Ascencio Brunel rondaba por allí, ya que este era su bocado preferido.
"Tantos años de correrías convirtieron a Brunel en un baqueano inigualable, sus perseguidores jamás le daban alcance, fue entonces un bandido practicamente fantasmal. Un día cometía una fechoría en Ultima Esperanza y al otro ya estaba en Lago Viedma, o bien en algún desconocido rincón patagónico, su nombre se hizo famoso desde Ultima Esperanza hasta el Chubut, a todo lo largo y ancho de la Patagonia Oriental".
"De él, se dice que había adiestrado dos caballos, para que corrieran a la par, de modo que si uno de ellos se cansaba, saltaba sobre el lomo del otro continuando su fuga, siempre en pelo pues no usaba montura. Otra de sus ardides que utilizaba y que siempre le daba resultado, era acercarse a la tropilla que se disponía a robar con un cuero fresco de puma, lo que intranquilizaba a los animales circunstancia que aprovechaba para arrearlos lejos del alcance de sus dueños".
Fred Otten antiguo poblador al interior de Tres Pasos, afirmaba conocer a Brunel y contaba que en una oportunidad, el bandido se alzó con toda su manada, muchos días después la encontró en el Lago San Martín y no faltaba ni un solo animal. Ascencio Brunel manifestó a los pobladores de esa región, haberlo hecho en broma "para darle un trabajito a su amigo el gringo, pués nunca había hecho daño a un gaucho nómade como él".
En cierta oportunidad en las tolderías del indio Kankel, vió una chinita que le gustaba y a todo galope se alzó con ella. A pesar de la persecución los indios no lograron darle alcance. Días después volvió la chinita, que quizás por miedo, o tal vez por simpatía jamás reveló donde la había llevado.
Los que lo conocieron afirman que Brunel jamás fue un asesino, no tenía alma ni cinismo para el crimen, la leyenda dice que solo robaba caballos con el fin de comerlos, ya que se había aficionado a consumir de esta carne, lo cierto es que nunca se comprobó que vendiera un solo caballo robado.
Muerto y encarcelado muchas veces, de todas ellas salió airoso Ascencio Brunel, veamos algunas versiones:
Una de ellas tuvo como escenario a Trelew, esposado como se encontraba saltó del segundo piso de la comisaría y huyó a toda velocidad en el caballo del propio comisario. En otra oportunidad apresado en Rio Gallegos fue engrillado y puesto a buen recaudo, al otro día el comisario comprobó con asombro que el bandido se había esfumado con el caballo policial.
Sobre su muerte se tejieron varias versiones, una de ellas se refiere a que ascencio se encontraba rondando una toldería tehuelche, con claras intenciones de alzarse con toda la caballada, cuando fue sorprendido por los Patagones, Brunel huyó a todo galope, hasta las cercanías de un río que se encontraba completamente congelado, el peso del jinete y cabalgadura rompió el frágil hielo dejando totalmente indefenso al bandido, que fue ultimado a tiros.
Se contaba también que los indios al acercarse al cadáver lo vieron vestido con cuero sobado de león y portando no más armas que un viejo cuchillo y boleadoras, luego le habrían arrimado leña prendiéndole fuego, borrando así todo rastro del bandolero.
Otra versión de la captura y muerte de Brunel, señala que en 1902, los policías chilenos Bascur y Carvajal, que andaban tras el malandrín en la región de Ultima Esperanza, lo sorprendieron reposando, a la orden de los policias Brunel solicitó que no dispararan abriendo fuego al mismo tiempo, lo policias respondieron el ataque hiriéndolo mortalmente, sin embargo el bandido logró huir hasta la orilla de un chorrillo donde fue hallado muerto y semicongelado.
Una vez más, el legendario bandido volvió de la muerte, Long Jack o Jack Van Den Hayden se encontraba pasando el invierno en la comisaría de Tres Pasos, cuando llegaron cinco jinetes trayendo a un hombre que a primera vista parecía un cadáver, grande fue su sorpresa, al enterarse que el moribundo era nada menos que Ascencio Brunel, con cinco balazos en el cuerpo salvó milagrosamente, bajo los atentos cuidados de Long Jack, por esta razón trabaron sincera amistad. De la lucha anterior sólo le quedó una ligera renguera.
Long Jack dice, era persona de bastante instrucción y no tibuteó en contar sus hazañas de bandido:
"fueron las policias chileno y argentina - afirmaba - quienes me encauzaron por esta vía, yo era mozo jóven atrevido y capaz, y carabineros y comisarios me mandaban alternadamente a uno y otro lado de la frontera para robar caballos por su cuenta, ya que siempre carecían de los necesarios para realizar sus recorridas. La policía argentina me enviaba a territorio chileno y la chilena al argentino. Ambas corrían parejas en cuanto a las recompensas que prometían: regalos cuando les traía lo que codiciaban, palos y azotes cuando no".
Una vez restablecido, recobró su libertad gracias a la fianza que pagó su hermano, pero en vez de agradecer a este huyó nuevamente robándole hasta el lazo.
Por un largo tiempo no se volvió a oír hablar de él, hacia 1904 se cometió un crimen en las inmediaciones del Lago Viedma, hecho que fue atribuido a Brunel, pero esto jamás fue comprobado, más tarde se dice que fue nuevamente apresado y llevado esta vez a Buenos Aires. Durante su cautiverio recibía visitas de muchos admiradores que le regalaban dinero, para que se estableciera honradamente, lo que hizo al recobrar su libertad.
Lo cierto de esto, es que aquel hombre de origen desconocido, que se convirtiera en leyenda por su audacia y temeridad, un buen día desapareció de la zona patagónica, tal vez en busca de nuevas aventuras, nosotros preferimos pensar que Ascencio Brunel, el solitario bandido patagónico, se quedó dormido para siempre en la orilla de un río de Ultima Esperanza, en el corazón montañoso de Torres del Paine y que desde entonces lleva el nombre de Río Ascencio en recuerdo de este hombre legendario.

BIBLIOGRAFIA
Patagonia vieja, Andreas Madsen
Patagonia de ayer y de hoy, Mateo Martinic Beros.

Comments

2 comments to "Jorge Díaz Bustamante: Ascencio Brunel, el hombre y la leyenda "

gladys Muñoz Brunel dijo...
14:14

Que bueno el art de Asencio Brunel! yo llevo ese apellido .MI abuelo era Mariano Brunel , mi bis Ricardo Brunel ( hermano de Asencio ) busco mas informacion del " demonio de la patagonia "

Joaquin dijo...
12:46

Muy bueno el articulo, muchas gracias!

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