Por Carlos Gallardo
Desde hace muchos años no se tenía conocimiento del movimiento obrero en la provincia de Chiloé, por consiguiente la clase patronal manejaba a gusto y antojo a la masa según convenía a sus intereses
Años antes de la elección presidencial de 1938 ya se habían organizado sindicatos, como el de pescadores de Ancud, los sindicatos de Oficios Varios y el de Jornaleros en Castro y el Industrial en Quellón. De esto se desprende que el obrero chilote ya tiene ese sentido sindical que es el único que puede servirle para defender sus intereses económicos y conquistar sus reivindicaciones, destacándose en ello el sindicato de Quellón, que ha dado la nota alta por su espíritu de solidaridad unitaria habiendo conquistado triunfos que son dignos de aplauso. El Sindicato de Pescadores de Ancud también ha tenido sus luchas y ha conseguido reivindicaciones económicas, porque ha hecho valer sus derechos ante las autoridades y ante los especuladores, siempre dispuestos a arrebatarles el fruto de su trabajo.
De esta manera, aunque en forma paulatina, se ha ido desarrollando el movimiento obrero en Chiloé, eso sí que con paso firme y seguro van conquistando lo que les pertenece como obreros organizados.
Caso distinto pasa con el obrero campesino y con el pequeño agricultor. Estos trabajadores de la tierra todavía no despiertan de ese letargo en que están sumidos, debido principalmente a que cada uno trabaja por cuenta propia. En este sentido está completamente disgregada toda esa enorme masa de trabajadores en la provincia de Chiloé. Para este problema social que todavía no tiene solución, no hay ninguna organización que se encargue de remediarlo. Esos trabajadores deben organizarse en poderosos sindicatos agrícolas, para luchar por sus intereses y contra los especuladores que abundan en forma fantástica, aprovechándose de la debilidad sacando siempre mayor provecho, comprándoles sus productos a precios irrisorios, haciéndoles una propaganda falsa por sus intermediarios para conseguir sus funestos propósitos, y de esta manera llegamos a la conclusión que el obrero que trabaja la tierra, se queda únicamente con la certeza que ha trabajado durante un año en la agricultura y que el fruto de su trabajo ha ido a incrementar las cajas de los capitalistas que se dedican a esta clase de negocios.
Por otra parte la Caja de Crédito Agrario también toma parte directa en estos negocios. Este organismo semifiscal ha vendido al agricultor a razón de $ 65 el saco de abono blanco, $ 45 el rojo, etc, tomando en cuenta que cada saco debe pesar 80 kilos, pero no es así; hay muchos que vienen deteriorados, trayendo únicamente 50 a 60 kilos, lo que constituye un abuso. Hay quejas, reclamos, pero no se oyen, y cuando son, por casualidad, escuchadas, no se llega a ningún resultado positivo para el trabajador. De esta manera el obrero campesino de Chiloé no tiene ninguna garantía para sus intereses económicos quedando a merced de las circunstancias y a la voluntad de comerciantes inescrupulosos.
Tomando en cuenta todos estos casos, que nadie me los podrá refutar, hago un llamado a todos los trabajadores de la provincia de Chiloé, que militan en las filas de los sindicatos ganaderos de Magallanes, que ya tienen una cierta visión sindical y aún bastante preparación, para organizar tres poderosos sindicatos, uno en cada departamento de esa provincia, y así defender los intereses de la clase obrera.
Debemos reconocer compañeros; los que conocemos la lucha sindical, que como obreros organizados pesa sobre cada uno de nosotros esa responsabilidad de orientar a los demás trabajadores y así formar un solo frente unido contra el capitalismo, cortándole a éste la libertad de especular con nuestro trabajo.
Así uniéndonos todos los trabajadores habremos dado un gran paso hacia nuestra emancipación, porque como dijo el gran sociólogo Carlos Marx, la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos. Pues, entonces camaradas, debemos ir a la formación de nuestros organismos sindicales en la provincia de Chiloé, para sacar del atraso y de la ignorancia a muchos hombres de esa zona, fanatizados aún por la propaganda del cura y atemorizados por la tiranía de los patrones. Sólo entonces nos sentiríamos satisfechos de una obra realizada a costa de sacrificios, pero con el esfuerzo propio de nosotros, los hijos de esta tierra.
"Claridad", Puerto Natales, sábado 1º de mayo de 1943.
Recopilación de Jorge Díaz Bustamante
Años antes de la elección presidencial de 1938 ya se habían organizado sindicatos, como el de pescadores de Ancud, los sindicatos de Oficios Varios y el de Jornaleros en Castro y el Industrial en Quellón. De esto se desprende que el obrero chilote ya tiene ese sentido sindical que es el único que puede servirle para defender sus intereses económicos y conquistar sus reivindicaciones, destacándose en ello el sindicato de Quellón, que ha dado la nota alta por su espíritu de solidaridad unitaria habiendo conquistado triunfos que son dignos de aplauso. El Sindicato de Pescadores de Ancud también ha tenido sus luchas y ha conseguido reivindicaciones económicas, porque ha hecho valer sus derechos ante las autoridades y ante los especuladores, siempre dispuestos a arrebatarles el fruto de su trabajo.
De esta manera, aunque en forma paulatina, se ha ido desarrollando el movimiento obrero en Chiloé, eso sí que con paso firme y seguro van conquistando lo que les pertenece como obreros organizados.
Caso distinto pasa con el obrero campesino y con el pequeño agricultor. Estos trabajadores de la tierra todavía no despiertan de ese letargo en que están sumidos, debido principalmente a que cada uno trabaja por cuenta propia. En este sentido está completamente disgregada toda esa enorme masa de trabajadores en la provincia de Chiloé. Para este problema social que todavía no tiene solución, no hay ninguna organización que se encargue de remediarlo. Esos trabajadores deben organizarse en poderosos sindicatos agrícolas, para luchar por sus intereses y contra los especuladores que abundan en forma fantástica, aprovechándose de la debilidad sacando siempre mayor provecho, comprándoles sus productos a precios irrisorios, haciéndoles una propaganda falsa por sus intermediarios para conseguir sus funestos propósitos, y de esta manera llegamos a la conclusión que el obrero que trabaja la tierra, se queda únicamente con la certeza que ha trabajado durante un año en la agricultura y que el fruto de su trabajo ha ido a incrementar las cajas de los capitalistas que se dedican a esta clase de negocios.
Por otra parte la Caja de Crédito Agrario también toma parte directa en estos negocios. Este organismo semifiscal ha vendido al agricultor a razón de $ 65 el saco de abono blanco, $ 45 el rojo, etc, tomando en cuenta que cada saco debe pesar 80 kilos, pero no es así; hay muchos que vienen deteriorados, trayendo únicamente 50 a 60 kilos, lo que constituye un abuso. Hay quejas, reclamos, pero no se oyen, y cuando son, por casualidad, escuchadas, no se llega a ningún resultado positivo para el trabajador. De esta manera el obrero campesino de Chiloé no tiene ninguna garantía para sus intereses económicos quedando a merced de las circunstancias y a la voluntad de comerciantes inescrupulosos.
Tomando en cuenta todos estos casos, que nadie me los podrá refutar, hago un llamado a todos los trabajadores de la provincia de Chiloé, que militan en las filas de los sindicatos ganaderos de Magallanes, que ya tienen una cierta visión sindical y aún bastante preparación, para organizar tres poderosos sindicatos, uno en cada departamento de esa provincia, y así defender los intereses de la clase obrera.
Debemos reconocer compañeros; los que conocemos la lucha sindical, que como obreros organizados pesa sobre cada uno de nosotros esa responsabilidad de orientar a los demás trabajadores y así formar un solo frente unido contra el capitalismo, cortándole a éste la libertad de especular con nuestro trabajo.
Así uniéndonos todos los trabajadores habremos dado un gran paso hacia nuestra emancipación, porque como dijo el gran sociólogo Carlos Marx, la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos. Pues, entonces camaradas, debemos ir a la formación de nuestros organismos sindicales en la provincia de Chiloé, para sacar del atraso y de la ignorancia a muchos hombres de esa zona, fanatizados aún por la propaganda del cura y atemorizados por la tiranía de los patrones. Sólo entonces nos sentiríamos satisfechos de una obra realizada a costa de sacrificios, pero con el esfuerzo propio de nosotros, los hijos de esta tierra.
"Claridad", Puerto Natales, sábado 1º de mayo de 1943.
Recopilación de Jorge Díaz Bustamante
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