Trabajar en un almacén parece la cosa más fácil del mundo. Parece como no trabajar. Esperar que venga el cliente, atenderlo y ¡ya! Luego viene otro, y otro y otro. Nada tan fácil como eso.Debes hacer eso durante 14 horas. De 9 a 11 de la noche. La cosa se complica un poco cuando además tienes un hijo de 8 años que va a la escuela. Ese hijo de 8 años entra a clase a las 8 de la mañana. Por lo tanto tienes que levantarte a las 7. Vestirlo, bañarlo, acicalarlo, darle desayuno y despedirlo. Como eres papá soltero, ocupas una hora, de 8 a 9 en lavarle su ropa. Se abre el almacén a las nueve y comienza el jaleo. Llegan vendedores, compradores, Testigos de Jehová, vendedores de rifas, gente que pregunta la hora, una vecina que quiere fiado medio kilo de chorizos. Mientras tú lees a Borges, entra un señor que necesita $200 en zanahorias. Te preparas para el almuerzo. Debes cocinar. Mientras tanto sigues atendiendo el almacén. Cocinas y sigues atendiendo el almacén. Atiendes el almacén y cocinas. ¡Hoy tenemos Bife a la Portuguesa! Terminas con la comida cuando llega tu hijo. Desvestirlo, cambiarlo de ropa. Darle su comida. Comer. Mientras sigues atendiendo el almacén. Luego hacer las tareas con tu hijo. Seguir leyendo a Borges. Atendiendo el almacén. Zapallo, helados, bebidas, cigarrillos, papas, caramelos. Preparar un post para el Milodón. Un post para la Inmaculada. Jugar con tu hijo. Atendiendo el almacén. Salir a pagar las cuentas del teléfono, el gas, el agua, la luz. Volver. Seguir atendiendo el almacén. Jugar con el hijo. Preparar la cena. Ver las noticias. Seguir atendiendo el almacén. Acostar al hijo, contarle cuentos y seguir atendiendo el almacén. Contestar los correos. Escribir un par de poemas. Ordenar la mercadería. Poner al día los libros del almacén. Colocar en la mochila del hijo los cuadernos que necesitará el día siguiente. Avanzar siete páginas del libro de Borges. Ya son las once de la noche y debes cerrar. Sales a la calle a colocar los postigos y dar por terminado el día. En ese momento es cuando pasa Chendo Silva, que vive acá a la vuelta. Borracho, todo el día tomando, el holgazán más holgazán del pueblo. Y te dice: "vago de mierda".
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Comments
6 comments to "Chendo"
14:23
Muy bueno tu artículo. Nunca faltan esos personajes como el curaito del barrio, pero no pude mas que reirme de la situación, seguro que la sensación que te causó ese comentario no fue precisamente de risa, pero como lo cuentas después de ese inmenso día que tuvistes, es resimpático.
Contrasta con el posteo de abajo, que no voy a comentar porque siento que es algo super personal y de desahogo.
Que estés bien y te sigo desde la isla.
El Chilote
20:46
Bello relato que es parte de la vida de todos, con distintas situaciones.
Y por cierto que los comentarios nos afectan.
16:56
Bukowsky en "Pulp" me parece, relata su vida de cartero con un tono similar al tuyo. el tono lo da el hecho que las situaciones son simplemente reales.
faltó agregar que en algunas noches se ciera el postón y sigue la cosa por ahí, por allá....en algunas noches
17:28
Así están las cosas por Puerto Natales. Falta escribir "Algunas noches con Javier Ruiz por Puerto Natales". Entonces mi amigo Javier Ruiz tendrá que asilarse en algún país extraño, como Burquina Faso, por ejemplo. Gracias por los comentarios.
18:27
...curao e mierda.....a la siguiente te pateo la cabeza.....
Norval
21:17
Evidente que Chendo no es padre soltero, por que si no se quedaria calladito y nada de copete mijito ....no tendria tiempo , en cuanto a la rutina diaria ,igualito lo hacemos las mujeres, pero contado por un hombre tiene un halo especial..... las compasivas somos las mujeres, los Chendos no se compadecen con los de su genero, que le vamos a hacer ....
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