jueves, 19 de agosto de 2004

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Cruces en el Sur

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Cerro la Cruz Punta Arenas
Amigos curiosos me han preguntado a menudo con qué motivo fue erigida esa gran cruz, que se levanta en el cerro del mismo nombre, la cual se divisa claramente desde la calle Waldo Seguel, con los brazos abiertos, como bendiciendo a la ciudad. Cuando la conocí, siendo muy niño, era de madera. Después de larga ausencia encontré que había sido reemplazada por una de metal.
La primera cruz, llegué a saber, fue plantada allí en 1882, hace cien años justos por orden del padre Rafael Eyzaguirre, al clausurarse la Misión Predicadora de la colonia de Punta Arenas. En un tiempo fue arrancada de su sitial por manos irrespetuosas de los incrédulos, pero fue repuesta por el padre Mayorino Borgatello y bendecida por el Obispo monseñor Arturo Jara Márquez, como símbolo de un pueblo creyente y próspero.
No es la primera cruz de estas dimensiones que se plantó en cimas australes. Hernando de Magallanes comenzó esta práctica en 1520. Después de haberlo hecho en San Julián, Santa Cruz y en cabo Vírgenes, en la actual Patagonia argentina. Clavó la primera cruz en el Estrecho, al sur de la península de Brunswick, en el puerto de las Sardinas, donde el capellán fray Pedro de Valderrama rezó la primera misa en Chile.

Don Francisco Campos Menéndez, estudioso de la historia y geografía de nuestra región, se ha tomado el trabajo de investigar cuántas cruces cimeras se han plantado en el extremo austral americano y su interesante estudio se ha publicado recientemente en Buenos Aires en un librito.

Juan Sebastián Elcano
Recuerda que después del viaje de Magallanes alrededor del mundo, que finalizó Juan Sebastián Elcano, al mando de la nave "Victoria", España envió al Estrecho una nueva expedición, al mando de fray García Jofré de Loaiza, que tuvo desastrosos resultados. La nave de Elcano, la "Sanct Spiritus" naufragó a la entrada del estrecho en 1525. Con maderos del naufragio fue construída una gigantesca cruz, que avistaron durante largos años los navegantes que le sucedieron.
"Durante las expediciones poco fructuosas de Francisco Camargo, -dice don Francisco Campos- protegido del Obispo de Plasencia, y la de Francisco de Ulloa, enviada al Pacífico por Pedro de Valdivia, presumiblemente también se pusieron cruces".
El Gran Adelantado Pedro Sarmiento de Gamboa, en su primer viaje al estrecho, plantó ocho cruces, como la de Ancón Susana, bahía San Gregorio, otra en memoria de su piloto Antón Pablos, en cabo San Antonio de Padua, la actual Punta Arenas, y enarboló cruces también en la ciudad Nombre de Jesús y ciudad del Rey Felipe.

El francés Luis Antonio Bougainville y el español Antonio de Córdova escalaron la Montaña de la Cruz, al sur del estrecho. El cirujano de la goleta "Beagle", Dr. Bione, en 1829, encontró sendos documentos dentro de botellas selladas; el de Córdova es de enero de 1789.
Al finalizar el siglo Monseñor José Fagnano mandó a levantar una cruz en el asilo del Buen Pastor, en cabo Valentín, isla Dawson y otra de esbeltas proporciones en Puerto Harris, en la misma isla. En esa época monseñor Fagnano fundó la misión de Nuestra Señora de la Candelaria, al norte de la desembocadura del Río Grande, en Tierra del Fuego argentina. Aún hoy día se divisa una gran cruz de mármol, sobre un alcor, a espaldas de la misión.

El señor Campos no se olvida de los símbolos cristianos que levantaron los misioneros protestantes, sobre todo los anglicanos del siglo pasado. La primera cruz estuvo en Wulaia, isla Navarino, frente al canal Murray, colocada por el rey Richard Mathews; otra en Puerto Español, cerca del Estrecho Le Maire, levantada por el capitán Allen Gardiner; en Ushuaia, por Thomas Bridges; Tekenika, islas Bayley y Hoste, del archipiélago del Cabo de Hornos, Río Douglas, sudeste de Navarino, por el rey John Williams.


El año 1937 don Carlos Menéndez Behety donó los terrenos de Barranco Amarillo, donde se levantó otra gran cruz, que bendijo el Obispo de la época, monseñor Arturo Jara Márquez, conmemorando el cincuentenario de la llegada de los salesianos.
El explorador Alberto M. De Agostini S.B.D., que escaló las altas cumbres de montañas famosas en la Patagonia Meridional, dejó arriba diminutas cruces, testimonios de fe cristiana, en San Lorenzo, Fitz Roy, Paine, Olivia, Italia y Sarmiento.

En Última Esperanza tienen una gran cruz cimera en la cumbre del Cerro Dorotea, instalada allí hace algunos años, por los padres salesianos y católicos de Puerto Natales.
Francisco Campos destaca la gran cruz que se instaló en la Antártida, en bahía Paraíso, frente a la cual rezó misa en 1955 el Obispo Diocesano monseñor Vladimiro Boric c., acto del cual fui testigo, durante la Novena Expedición Antártica. Recuerdo que mientras por los parlantes se propalaba la música sacra, acudían curiosos los pingüinos, atraídos por la bella melodía.


Finalmente hay que destacar la Cruz del Cabo Froward o la Cruz de los Mares. Se colocó dos veces. La primera el 21 de diciembre de 1913, siendo Gobernador Eclesiástico el padre Luis Salaberry. Pronto la derribaron los temporales. Una década más tarde fue reconstruída en el mismo promontorio, pero de triple tamaño, de cemento armado y sólidos cimientos, a 365 metros sobre el nivel del mar. La nueva se inauguró con motivo del IX Congreso Eucarístico Nacional de 1944. Permaneció erguida más de una década, para admiración de los viajeros, que la utilizaban para situar sus naves.
Hasta que un día no la vieron más. El impetuoso viento magallánico la abatió como a la anterior.
Don Francisco Campos en su monografía sugiere la erección de una tercera cruz.

La Prensa Austral, 29 de abril de 1982.

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