“Insisto
en decir todo el santo día: he de realizar un sueño que no es mío, sino un
sueño de todos ustedes, que habrá un día que en este país ningún niño irá a
dormir sin un plato de comida y ningún niño despertará sin un desayuno, habrá
un día en que este país las personas podrán morir, porque nacemos para morir,
pero nadie morirá de desnutrición como mueren hoy en este país”.
-Luis
Ignacio Lula Da Silva, ex presidente de Brasil-
Por estos días discrepo absolutamente de los sesudos análisis
sociológicos de los observadores de la realidad de turno, pues creo ingenuo
atribuir las movilizaciones sociales brasileñas en contra del mundial de Brasil
2014 al descontento sistémico con el modelo capitalista imperante en el país mais grande du mundu.
Según yo, su origen es más pasional y con la razón de ser del país
del jogo bonito es decir la verde amarelha, porque si en la actual selección brasileña hubiese
un Mané Garrincha con su embriagante zurda alcohólica, un menino Pelé del 58 y
lo que pudo jugar del 62; un Riveliño, Tostao, Edu, (el de verdad), Jairziño y
O’rey Pelé del 70, incluso un Félix, para no se diga que esa selección no tenía
necesidad de jugar con arquero; o un Romario, Bebeto, hasta el áspero, pero
efectivo juego del Dunga de USA 94; o el fenómeno Ronaldo, los cañonazos de
Roberto Carlos y las bicicletas de Ronaldiño del Corea-Japón del 2002 .¿Estarían
los brasileños protestando? A costo de arriesgar un mundial en casa, que de
seguro ganarían al ritmo de samba y toque de primera, limpiando la afrenta charrúa
del Maracanazo del año 1950.
Pero la actual selección puede incluso ganar mañana contra España
esa copita de tanteo, llamada de confederaciones, y organizada más que para ver
buen futbol, para observar el funcionamiento de las distintas instalaciones del
sistema mundialero, es que esta oncena no entusiasma y no puede despojarse del mote de la selección brasileña
más mala de la historia ¿o es que alguien, conoce otro jugador aparte del
flacuchento Neymar?
La gran promesa del Presidente Lula, en su primer mandato, que
ningún brasileño se fuera dormir sin haber recibido un plato de comida, se
concretó en su Programa Hambre Cero logrando que toda persona en su país pudiera
tener acceso a tres comidas diarias.
Pero, además de alimentar al gigante sudamericano logra con ello
un crecimiento histórico y lo incluye en el BRIC (Brasil, Rusia, India y China)
como una de las cuatro economías emergentes del mundo, de cuyas bonanzas hoy
gozan gran parte de los brasileños.
Pero Lula, tenía otro sueño, que su país organizará y festejará un
mundial lo consiguió el 2007 cuando la FIFA designa a Brasil sede del Mundial
2014, los Juegos Olímpicos del 2016 vinieron de yapa
El pueblo carioca ama a Lula, pero alfabetizados bajo los cánones
de la Pedagogía del Oprimido de Paulo
Freire, está consciente de su realidad porque una cosa es tener un plato y otra,
muy diferente, es ganar la Copa, más aún si esta es Mundial.
Comments
0 comments to "Lula. del plato y la Copa"
Publicar un comentario