Por Edgardo Cea Oyarzún
En los albores del naciente territorio de
Última Esperanza, los primeros colonizadores europeos, alemanes y británicos,
habilitaron un cementerio en la punta de un islote ubicado en el fiordo
Eberhard, frente a Puerto Prat, caserío que si no hubiera sido porque su mar presentaba
un estrecho calado y la leña y el agua dulce escaseaban en el sector, hoy sería
la ciudad capital de nuestra provincia.
Pero lo cierto es que la pequeña isla elegida
para camposanto, llamada Kruger por los colonos – en homenaje al sajón Ricardo
Kruger Lei, Comisario Ad Honorem que, dicen, defendió, junto al chilote
Cipriano Pedrero, la soberanía chilena en estos parajes ante los intentos argentinos
por hacerla suya –comenzó a alojar los cuerpos de los primeros colonizadores entre
1894 y 1895, pasando a ser denominada por los lugareños “Islas de los Muertos”.
Registros históricos señalan que en el lugar descansan los restos de un
importante número de colonos cuyas identidades lamentablemente se desconocen,
pues las lápidas con sus nombres fueron arrancadas por desconocidos.
Si bien es cierto que en aquellos tiempos los
ritos sepulcrales se cumplían al pie de la letra cualquiera fuera la religión que
profesara el fallecido (a), los deudos y parientes, sepultar a un ser querido
requería de un sencillo ataúd, con seguridad elaborado con madera del sector y
por cierto, sin costo alguno para los dolientes, pues en estos casos tan
emotivos la solidaridad fluía de adentro. El siguiente paso era un breve
velatorio comunitario donde los vecinos se encargaban de todo. Luego se
procedía al traslado del cuerpo hasta la playa, allí era subido en un bote que
lo llevaba a la isla de enfrente, su morada final. Este proceder lo hacían
también los pobladores de más al sur de Puerto Prat, en el naciente Natales,
quienes debían trasladar a sus muertos en carretas hasta la isla – cementerio,
en un trayecto de 30 kilómetros por un dificultoso camino de tierra. Cuenta la
historia que en época invernal, cuando el viento era fuerte y la mar estaba muy
rizada no se podía cruzar, de manera que los deudos, familiares y amigos del
fallecido tenían que esperar con su ataúd en la playa hasta que el tiempo
mejore.
El sentido espiritual y valórico en todo este
proceder mortuorio era que de costos, precios, cotizaciones, pago con tarjetas,
cheques a plazo, facilidades de pago en cuotas, ayuda social del municipio y
otros condimentos monetarios capitalistas, no existían.Eran tiempos en que nunca
jamás se le hubiera ocurrido a una persona lucrar con la muerte o convertirla
en un gran negocio institucionalizado.
Los años pasaron, Natales ganó espacio y
población llegando a convertirse en un activo villorrio, entonces se hizo
necesario crear un nuevo cementerio, lo que se concretó en los primeros años de
la década de 1900, este se ubicó sobre una pequeña loma distante tres
kilómetros al este del poblado (hoy cementerio “San Alberto Hurtado”).
En cuanto a los velatorios y sepultaciones
los procedimientos en nada cambiaron. Los gestos humanitarios continuaron
siendo el gran consuelo de los deudos. Nada que se relacionara con la muerte
tenía valor comercial y en todos los estamentos de la sociedad se le tenía un
gran respeto al inevitable paso a “la otra vida”.
Sin embargo, nada es para siempre, ni
siquiera los valores, principios o ideales. Las garras del capitalismo salvaje
(como bien lo definió el Papa Juan Pablo II), llegó y al parecer para quedarse,
a lo menos por un largo tiempo más. Hoy por hoy la competencia,
el dinero, la empresa y el capital es lo que importa, es lo que prevalece por
sobre toda ideología, dogma o creencia. Nada se escapa al poder del dinero, y
si no lo tienes, tendrás que atenerte a las consecuencias: indiferencia,
desprecio, mal trato, sufrimiento y olvido. Es la ley del de la oferta y la
demanda, la ley del mal llamado emprendimiento. Lo peor de todo esto es que como
personas y consumidores que somos ya lo hemos asumido y en consecuencia
actuamos.
No hablaré del costo que significa llevar una
enfermedad en estos días, pues es un tema que da para un capítulo especial. Por
ahora veamos a vuelo de pájaro. cuánto cuesta morirse en Natales, sin antes
dejar en claro que una de las principales fuentes de ingresos que tiene la
Ilustre Municipalidad, proviene de los cementerios.
Poco antes de que fallezca un ser querido,
querámoslo o no, tenemos que empezar a ser las gestiones preliminares,
especialmente averiguar costos, ofertas y oportunidades económicas de acuerdo a
nuestro presupuesto o el de la familia. Este
negocio oficializado y legalizado en Chile recauda millones de pesos. En
efecto, para darle una digna sepultura a un natalino (a) común y corriente, hay
que partir por comprar el nicho o un
terreno según haya sido la voluntad del difunto, cuyo valor supera los $
700.000. Es cierto, se puede pagar en cuotas, pero al fin y al cabo hay que
pagarlo a como dé lugar, de lo contrario se corre el riesgo de que el cadáver
sea retirado del lugar y llevado al patio trasero del cementerio Padre Rossa, a
un lugar conocido como “Fosa Común”.
El siguiente paso es la compra del ataúd. Si
es jubilado (a) recibirá ayuda en el pago, pero si es pensionado dependerá de
la clasificación social en que se encuentra recibir o no un aporte económico. Ahora
si le toca asumir el total del costo, tenga presente que siempre va a contar
con la comprensión del dueño de la pompa fúnebre quien le dará facilidades de pago.
Los precios de las urnas varían entre $ 300.000 y $ 500.000, por cierto,
existen más caras.
A continuación se pasa al velatorio. Con
suerte si se consigue una Junta de Vecinos o lo hace en su propia casa, los
costos se abaratan. Pero si recurre a una capilla tendrá que pagar los gastos
de luz y calefacción, mínimo $ 20.000 por dos días. La misa tiene otro precio,
pues es costumbre que una vez terminado el rito se deje en el altar un sobre con
a lo menos $ 10.000, de lo contrario será muy mal visto ante sus pares.
Agréguele a esto unos 15 avisos radiales como mínimo entre anunciar el
fallecimiento y dar los agradecimientos finales. Cada aviso cuesta $ 1.500, por
lo tanto, el total asciende a$ 22.500 estimativamente.
Finalmente llegó la hora del funeral. A la
entrada del cementerio lo esperan dos sepultureros con un pintoresco carrito
para el traslado interior de los restos hasta su última morada, claro que antes
deberá pagar $ 50.000 más por “derecho de ingreso” del difunto (a) al camposanto.
De esta manera, habremos cumplido con darle cristiana sepultura a un deudo o
deuda.
Una segunda inversión se hará posteriormente,
con el tapiado del nicho o encofrado si lo sepultó en la tierra, la instalación
de puerta, lápida de identificación, foto, adornos y otros. No cabe duda, la
muerte es hoy por hoy un negocio redondo. No está demás entonces sugerirle al natalino
o natalina que se le ocurra morirse, contar antes con a lo menos $ 1.000.000 en
el bolsillo, si no quiere “deshonrar” el honor de sus familiares y terminar sepultado
en la tristemente célebre Fosa Común.
Ahora, calculadora en mano sume, no está
demás hacer nuestras propias estimaciones mediante un simple ejercicio
matemático. Al fin y al cabo, cuando nos llegue la hora, nos asociaremos a este lucrativo negocio.
Comments
20 comments to "El precio de la muerte en Puerto Natales"
16:48
Que verdad más verdadera y eso que estamos en Natales no más, en Punta Arenas se paga casi tres veces más de lo que se señala en este artículo, ya no hay conciencia de nada hasta los curas lucran con la muerte.
Como dice el profe, ahora se ha institucionalizado la muerte, hay nuevos EMPRENDEDORES en el rubro incluyendo a los conocidos BUITRES, que son ejecutivos mortuorios.
14:02
Eso es verdad, hoy si no tienes dinero morirás como un perro abandonado y en silencio.
Qué horror,es un buen mensaje para empezar a juntar plata
Saludos
14:26
Cuando me muera quiero que me entierren en bulnes con baquedano para ver pasar a los flaites
20:42
YO QUIERO QUE ME VELEN ON´DE CUAJO TOTAL IGUAL TENGO QUE PAGAR
20:11
Buen artículo, estoy muy de acuerdo. Un par de años más tendremos que empezar a pagar por el oxigeno que respiramos y lo haremos como ovejas en el matadero. Mientras haya copete y comida lo que pase lo seguiremos tragando crudito y sin chistar al igual que el precio de las bencinas.
01:32
Bueno, bueno, bueno ¡Que gran verdad!
00:55
SE MURIÓ 1 TIO K LO K S CALETA. TUVIMOS K VENDER EL AUTO PA ENTERRARLO.
A LAS CALLES HAY K SALIR NO + A LUCHAR X LA DIGNIDAD D LOS POBRES
MASTURBOY
01:52
COMPAÑERO DE CURSO,HACE POCO DESCUBRÍ ESTE HERMOSO BLOG Y HE PASADO LA TARDE LEYENDO TUS ARTÍCULOS ME EMOCIONAS COMO DESNUDAS A LA SOCIEDAD NATALINA CON TUS ESCRITOS. DESDE LEJOS, MUY LEJOS UN ABRAZO. TE LLAMARÉ Y ESCRIBIRÉ. ESTELA ME DIO TU TELÉFONO Y CORREO.
UN BESO Y ABRAZO
TU AMIGA MARISOL
23:52
QUE VERDAD. EN REALIDAD NADIE PIENSA EN ESTO CUANDO ESTÁ ENLUTADO. QUE ASCO QUE LA MUERTE SEA UN CAPITAL, UN LUCRO, COMO EN LA EDUCACIÓN. ¿LOS MUERTOS TAMBIÉN MERECEN NO TENER LUCRO VERDAD?
GLADYS M.G.
17:50
Que buena.Y no oldides la movilización. Que hijos de puta. El sistema esta podrido. Prefiero hacer negocios con el mismo San Pedro antes que con carroñeros municipales
Saludos.
Mario.
17:52
Buena, ahora se trabaja para morir esa es la verdad. Como todo está en venta en este país de mierda y todos se corrompen por plata, hasta los cerdos políticos desgraciados que mienten y engañan al pobre guevòn que se vende por una canasta familiar, pago de una boleta o una peguita en los planes...
¡Viva y muera Chile de mierda!
16:30
Excelente artículo. Quiero aportar diciendo que el precio del ingreso al cementerio subió a $ 70.000.
23:10
wuuau, que articulazo. Los nichos y las cofradías también subieron en el cementerio cura Rossa y las urnas donde mi amigo "cachulo" Soto en un 25 a 30% en relación al año ante pasado.
Buenas vibras, un abrazo
23:39
Oiga digo campesinamente, voy a poner mi parcela de cementerio para que me haga rico, estos sinvergüenzas de la municipalidad de Natales se están llenando con los muertos. Hay que matar a los vivos que están haciendo esta gueva robándole al pueblo. Esto por que no se publica en los diarios.
22:00
Y olé, que manera de haber ladrones en Natales, institucionalizados y caras de raja. Que me dicen de las joyitas de don "Tuty" Subiabre ladrón contratista chanta hijo del profesor de música más vago que a existido en Natales, que le ha estafado al fisco millones de pesos en un par de años. Y del otro sinvergüenza estafador de ancianos y de muertos seudo abogado Nelson Álvarez, que intenta apropiarse de propiedades de personas que no pueden defenderse o están muertas
¡Qué futuro tiene Natales Natales!
22:46
Recuerden esto miserables natalinos. El Sr.Gobernador y su jefe de gabinete (el guatón "corcho"): siguen siendo empleados del alcalde Paredes. están con permiso especial ocupando sus cargos y ante cualquier vaivén de las olas vuelven vivitos y coleando a la Corporación de nuevo. ¡Háganme esa!
saludos
Pedro
17:03
Se cumplió la profecía natalinos y natalinas, el jefe de gabinete vuelve a la educación para no quedar fuera con el traspaso al ministerio, osea vuelve a servir al que fue siempre su patrón, el Sr. Alcalde ¡Viva la democracia! y felices fiestas
23:19
Que bueno el artículo y el blog lo pesqué de rebote, conozco al autor, alabado sea.
Que bueno saber de Pedro todo lo que está pasando en la educación de Natales. Se roba igual que a los muertos en los cementerios como dice el artículo y también en la Corporación de Educación al mando del "enano maldito" Velásquez Ruin... perdón Ruíz.
¡Que asco!
02:55
Pero...pero....pero, siguen robando los guevones y nadie es capaz de denunciarlos a un tribunal, partiendo por los señores mierderos concejales...Ladrones de mierda todos....
21:14
Ahora si que está "pecho de pato de silabario" el Sr. "Chico" Velásquez. Siguen contratando gente en el la Cormunat, total el traspaso al ministerio será hasta el 2022. Está sacando gente de un colegio e imponiéndolos en otros sin descaro. Es el amo y señor...y quién le dice algo. Tenemos un gobierno tan o más corrupto que él. ¿El Sr. Gobernador Ruíz que opina?, los señores consejales "cholo" Cuyul rastrero que sigue trabajando en la Corporación, la mierda y el meao están revueltos. Hasta luegos
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