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| Cárcel de Puerto Natales: "Prohibido el ingreso a personas extrañas". |
Por Pepito El Breve
Alo mejor me equivoco pero leí por ahí que fue la doctrina de los “Gemeinschaftsfremde”, esa de que “los extraños a la comunidad”, debían ser perseguidos la que dio sustrato penal al régimen nacional socialista de la Alemania nazi para iniciar la persecución, encarcelamiento y exterminio de judíos, gitanos, homosexuales, comunistas, masones y no arios.
Sin duda si Edmund Mezger, uno de los creadores de tal doctrina estuviera vivo, como fascinado del paisaje humano y amante del paisaje natural creo que era, de seguro viajaría de Europa hasta Natales para ir hasta Las Torres del Paine, -sabemos que hasta la más alta mente brillante necesitaría un descanso- pero si para su mala fortuna hubiese llegado al rodoviario ubicado frente a la cárcel capaz que su alma se vería contrariada al leer que en el penal del extremo sur del mundo cuelga un cartel con vista a la calle pública que le recordaría lo errado de su teoría ya que señala: “Prohibido el ingreso a personas ajenas”, es decir a los extraños a la comunidad penitenciaria, por ende solo lo podrían hacer los propios estos, imagino, gendarmes y presos comunes.
En tiempos donde la puerta giratoria es la imagen caricaturizada de la justicia penal este anuncio viene a ser un amplio desmentido de aquello ya que, al parecer, en la cana natalina no es que estén saliendo los presos sino que están ingresando los ajenos lo cual, por una parte, puede hablar de las buenas condiciones de vida del penal ya que hay personas que quieren entrar y deben haber pillado algún extraño adentro por algo se ha puesto el cartelito; pero, también, dicho letrero puede hablar mal de la seguridad del recinto encargado de recluir a los condenados, ya que -¡Sepa Dios a qué!-, se les estaría metiendo gente extraña.
Como sabemos que nadie ingresa por su voluntad a la cárcel sino que van obligados ahora bien si, por puro gusto, están ingresando personas ajenas esos tipos me parecerían extraños o, más bien, bichos raros aún así no estoy seguro de si a estos hay que perseguirlos o más bien compadecerlos.
Sin duda si Edmund Mezger, uno de los creadores de tal doctrina estuviera vivo, como fascinado del paisaje humano y amante del paisaje natural creo que era, de seguro viajaría de Europa hasta Natales para ir hasta Las Torres del Paine, -sabemos que hasta la más alta mente brillante necesitaría un descanso- pero si para su mala fortuna hubiese llegado al rodoviario ubicado frente a la cárcel capaz que su alma se vería contrariada al leer que en el penal del extremo sur del mundo cuelga un cartel con vista a la calle pública que le recordaría lo errado de su teoría ya que señala: “Prohibido el ingreso a personas ajenas”, es decir a los extraños a la comunidad penitenciaria, por ende solo lo podrían hacer los propios estos, imagino, gendarmes y presos comunes.
En tiempos donde la puerta giratoria es la imagen caricaturizada de la justicia penal este anuncio viene a ser un amplio desmentido de aquello ya que, al parecer, en la cana natalina no es que estén saliendo los presos sino que están ingresando los ajenos lo cual, por una parte, puede hablar de las buenas condiciones de vida del penal ya que hay personas que quieren entrar y deben haber pillado algún extraño adentro por algo se ha puesto el cartelito; pero, también, dicho letrero puede hablar mal de la seguridad del recinto encargado de recluir a los condenados, ya que -¡Sepa Dios a qué!-, se les estaría metiendo gente extraña.
Como sabemos que nadie ingresa por su voluntad a la cárcel sino que van obligados ahora bien si, por puro gusto, están ingresando personas ajenas esos tipos me parecerían extraños o, más bien, bichos raros aún así no estoy seguro de si a estos hay que perseguirlos o más bien compadecerlos.
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