"Siempre las mira fijo
Con ojos de pasión
Y ama con tanta fuerza
Que parece un ciclón…".
(Mi amigo El Puma, Sandro).
En un juicio oral y público que se realizó en Punta Arenas, contra un exguardaparques de Conaf, acusado de violar a una turista alemana mayor de edad en un refugio del Parque Nacional Torres del Paine, declaró la supuesta víctima desde Berlín por video conferencia y mediante una intérprete.
En parte de su testimonio señaló que ella y una amiga aceptan la invitación de dos guardaparques para pernoctar en el refugio de los guardias, luego de comer algo una de las turistas se va a la pieza con uno, en tanto ella se queda en la cocina acostada en un colchón con otro, allí éste le realiza masajes en los pies, la coloca de cubito abdominal, descubre su espalda y le dice: “ahora viene la labioterapia”, comienza a besarla y darle pequeños mordiscos en la espalda, luego la da vuelta y se besan, ella expresa que no quiere tener relaciones sexuales pero, como es sabido que la libido en la Octava Maravilla del Mundo sube a niveles irrefrenables, las caricias van más allá de lo prudente y, a juicio de la alemana, él se comporta como un animal y la penetra eyaculando en su interior, tras el clímax le manifiesta lo maravilloso que fue y lo bonita que es ella, la limpia y se levanta al baño ella, queda acostada, el joven vuelve y, nuevamente, la penetra, la limpia y vuelta a ir al baño, después duermen acurrucados.
Al otro día las amigas continúan su viaje por el Parque. Al atardecer retornan al refugio y se acuestan, al igual que la noche anterior, cada una protegida con su respectivo guardaparques, pero, esta vez, ella manifiesta que sólo dormirá porque está muy cansada.
A la mañana siguiente las dos amigas toman viaje de regreso a Natales, ella se despide del acusado, relata que se dan un beso con lengua, siente que le presiona sus labios, y él le dice: “Conociste el poder de Las Torres, yo soy El Puma”.
Ya en Natales la turista realiza la denuncia por violación, la policía sube a Las Torres y detiene al guardaparques quien permaneció en prisión preventiva hasta sólo hace unos meses: “Permanecí 120 días en prisión por una relación consentida con la joven alemana”, declaró el joven a un medio de prensa escrita magallánico, además que a raíz de lo sucedido perdió su trabajo.
Con esa frialdad teutona característica del civilizado “genio alemán”, que tanto ha contribuido a la cultura occidental, a la pregunta de la defensora para que la turista aclare sobre el porqué dice que el acusado se comportaba como un animal, la germana explicó que cuando la penetró se movía como conejito.
Al finalizar el juicio el trío de jueces resolvió absolver al joven, eso sí el tribunal evitó pronunciarse si en la Historia de Amor en el Paine (Liebesgeschichte im Paine), Forestín: ¿Es coipo, puma o conejo?
En parte de su testimonio señaló que ella y una amiga aceptan la invitación de dos guardaparques para pernoctar en el refugio de los guardias, luego de comer algo una de las turistas se va a la pieza con uno, en tanto ella se queda en la cocina acostada en un colchón con otro, allí éste le realiza masajes en los pies, la coloca de cubito abdominal, descubre su espalda y le dice: “ahora viene la labioterapia”, comienza a besarla y darle pequeños mordiscos en la espalda, luego la da vuelta y se besan, ella expresa que no quiere tener relaciones sexuales pero, como es sabido que la libido en la Octava Maravilla del Mundo sube a niveles irrefrenables, las caricias van más allá de lo prudente y, a juicio de la alemana, él se comporta como un animal y la penetra eyaculando en su interior, tras el clímax le manifiesta lo maravilloso que fue y lo bonita que es ella, la limpia y se levanta al baño ella, queda acostada, el joven vuelve y, nuevamente, la penetra, la limpia y vuelta a ir al baño, después duermen acurrucados.
Al otro día las amigas continúan su viaje por el Parque. Al atardecer retornan al refugio y se acuestan, al igual que la noche anterior, cada una protegida con su respectivo guardaparques, pero, esta vez, ella manifiesta que sólo dormirá porque está muy cansada.
A la mañana siguiente las dos amigas toman viaje de regreso a Natales, ella se despide del acusado, relata que se dan un beso con lengua, siente que le presiona sus labios, y él le dice: “Conociste el poder de Las Torres, yo soy El Puma”.
Ya en Natales la turista realiza la denuncia por violación, la policía sube a Las Torres y detiene al guardaparques quien permaneció en prisión preventiva hasta sólo hace unos meses: “Permanecí 120 días en prisión por una relación consentida con la joven alemana”, declaró el joven a un medio de prensa escrita magallánico, además que a raíz de lo sucedido perdió su trabajo.
Con esa frialdad teutona característica del civilizado “genio alemán”, que tanto ha contribuido a la cultura occidental, a la pregunta de la defensora para que la turista aclare sobre el porqué dice que el acusado se comportaba como un animal, la germana explicó que cuando la penetró se movía como conejito.
Al finalizar el juicio el trío de jueces resolvió absolver al joven, eso sí el tribunal evitó pronunciarse si en la Historia de Amor en el Paine (Liebesgeschichte im Paine), Forestín: ¿Es coipo, puma o conejo?
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