Acúsome Señor de haber dudado, sólo tú conoces que reprobar por tres años seguidos los cursillos de catequesis para la primera comunión dejaría en cualquier alma un carácter impío.
¡Sálvame Señor de esta luciferiana incredulidad!, por no creer que Satanás metió la cola en las calumnias contra nuestro Cardenal Ezzati o por vacilar en que de verdad al Padre O´ Reilly lo terminó condenado el binominal.
Compadece Señor el alma de Monseñor por las burlas arteras que de él se han hecho a través de las redes sociales. Él, que nunca buscó aprovecharse del conservadurismo imperante en el reciente Sínodo de la Familia, sino que, como buen decurión de colegio confesional, sólo buscó advertir al Papa acerca de las opiniones descarriadas de sus pastores. Mas aún si el propio Francisco ha dicho “"El mundo ha cambiado y la Iglesia no puede encerrarse”.
Bendice Señor a los miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe -esa institución sagrada que nos copiaron hasta los comunistas ateos en su Comisión Nacional de Control y Cuadros- para llevar adelante un opaco juicio canónico contra los tres hijos ingratos Berrios, Puga y Aldunate.
Haz que el jurado doctrinario comparta, Señor, la sincera la preocupación del Cardenal ante las críticas maliciosas contra Nuestra Madre Iglesia, proferidas con ánimus injuriandi por esos curas herejes, que más que alabar a nuestro señor Jesucristo pareciera que adorasen al cura rojo, el tal Camilo Torres.
Para que sea Señor la Ley de Dios que juzgue el asesinato de imagen de nuestro Monseñor Ezzati juicio que, venga al caso, tendrá más expectación que el de Pistorius. Obliga, entonces Señor, a esos apóstatas a retractarse, no porque sean Giordano Bruno o Galileo Galilei, sino porque si la Iglesia es el Reino del Señor en la Tierra, esos perjuros creen que, aunque poco pero, igual, se mueve.
Castiga, así, Señor, con todo tu poder, a esos clérigos populacheros que no usan ni sotana, que en las parroquias de sus comunidades de base deben pasarse puro organizando curantos a beneficio, instando a los fieles a no comulgar con ruedas de carreta, menos con hostias sino, más bien, con chapaleles.
Y postrado ante ti, te ruego, Mi señor, que en tu infinita bondad guíes el marketing jurídico del abogado Luis Hermosilla para redactar el recurso de nulidad del Padre O’ Reilly, y aclarar de manera diáfana ya sea a Ilustrísimos o Excelentísimos, urbi et orbi, que en el juicio del presbítero chileno-irlandés, hubo manipulación política porque sumando y restando los votos por los dos hechos de abuso sexual de que se le acusaba, como bien dijo el penalista: “De 6 expresiones de votos, obtuvimos cuatro (tres estuvieron por absolver y uno de minoría en la condena)”. Es decir, que nuestro amado reverendo O´Reilly, en ningún caso fue condenado por abuso sexual, nunca ha sido victimario sino, más bien, una pobre víctima atrapada por el sistema binominal, donde dos tercios de los votos del tribunal oral valieron, incluso, menos que un tercio.
Que se escuche tu voz Señor, que impere la razón divina para que se realice un nuevo juicio, con un trío diferente de jueces que en sus decisiones – aunque sea imposible- no imperen las emociones. O, en caso de no anularse el juicio, con tu inmenso poder sobre los hombres haz que al menos la sentencia reconozca que el clérigo O´Reilly como devoto de nuestra Virgen Inmaculada, tiene un extracto de filiación inmaculado e irreprochable conducta anterior, aunque el delito por el que se le condenó no fue un solo hecho, sino reiterado.
Y, de paso Señor, ilumina el corazón de los parlamentarios UDI, que viendo el martirio de su líder espiritual, que capaz hasta caiga preso, aunque la Nueva Mayoría ya no los necesite voten, igual, a favor de eliminar ese injusto sistema electoral.
¡Sálvame Señor de esta luciferiana incredulidad!, por no creer que Satanás metió la cola en las calumnias contra nuestro Cardenal Ezzati o por vacilar en que de verdad al Padre O´ Reilly lo terminó condenado el binominal.
Compadece Señor el alma de Monseñor por las burlas arteras que de él se han hecho a través de las redes sociales. Él, que nunca buscó aprovecharse del conservadurismo imperante en el reciente Sínodo de la Familia, sino que, como buen decurión de colegio confesional, sólo buscó advertir al Papa acerca de las opiniones descarriadas de sus pastores. Mas aún si el propio Francisco ha dicho “"El mundo ha cambiado y la Iglesia no puede encerrarse”.
Bendice Señor a los miembros de la Congregación para la Doctrina de la Fe -esa institución sagrada que nos copiaron hasta los comunistas ateos en su Comisión Nacional de Control y Cuadros- para llevar adelante un opaco juicio canónico contra los tres hijos ingratos Berrios, Puga y Aldunate.
Haz que el jurado doctrinario comparta, Señor, la sincera la preocupación del Cardenal ante las críticas maliciosas contra Nuestra Madre Iglesia, proferidas con ánimus injuriandi por esos curas herejes, que más que alabar a nuestro señor Jesucristo pareciera que adorasen al cura rojo, el tal Camilo Torres.
Para que sea Señor la Ley de Dios que juzgue el asesinato de imagen de nuestro Monseñor Ezzati juicio que, venga al caso, tendrá más expectación que el de Pistorius. Obliga, entonces Señor, a esos apóstatas a retractarse, no porque sean Giordano Bruno o Galileo Galilei, sino porque si la Iglesia es el Reino del Señor en la Tierra, esos perjuros creen que, aunque poco pero, igual, se mueve.
Castiga, así, Señor, con todo tu poder, a esos clérigos populacheros que no usan ni sotana, que en las parroquias de sus comunidades de base deben pasarse puro organizando curantos a beneficio, instando a los fieles a no comulgar con ruedas de carreta, menos con hostias sino, más bien, con chapaleles.
Y postrado ante ti, te ruego, Mi señor, que en tu infinita bondad guíes el marketing jurídico del abogado Luis Hermosilla para redactar el recurso de nulidad del Padre O’ Reilly, y aclarar de manera diáfana ya sea a Ilustrísimos o Excelentísimos, urbi et orbi, que en el juicio del presbítero chileno-irlandés, hubo manipulación política porque sumando y restando los votos por los dos hechos de abuso sexual de que se le acusaba, como bien dijo el penalista: “De 6 expresiones de votos, obtuvimos cuatro (tres estuvieron por absolver y uno de minoría en la condena)”. Es decir, que nuestro amado reverendo O´Reilly, en ningún caso fue condenado por abuso sexual, nunca ha sido victimario sino, más bien, una pobre víctima atrapada por el sistema binominal, donde dos tercios de los votos del tribunal oral valieron, incluso, menos que un tercio.
Que se escuche tu voz Señor, que impere la razón divina para que se realice un nuevo juicio, con un trío diferente de jueces que en sus decisiones – aunque sea imposible- no imperen las emociones. O, en caso de no anularse el juicio, con tu inmenso poder sobre los hombres haz que al menos la sentencia reconozca que el clérigo O´Reilly como devoto de nuestra Virgen Inmaculada, tiene un extracto de filiación inmaculado e irreprochable conducta anterior, aunque el delito por el que se le condenó no fue un solo hecho, sino reiterado.
Y, de paso Señor, ilumina el corazón de los parlamentarios UDI, que viendo el martirio de su líder espiritual, que capaz hasta caiga preso, aunque la Nueva Mayoría ya no los necesite voten, igual, a favor de eliminar ese injusto sistema electoral.
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