Por Edgardo Cea Oyarzún
Uno de los deportes que más ha hecho
vibrar a los natalinos es el boxeo. Tal vez porque su práctica es la más
apropiada para demostrar la garra, el coraje y la bravura, que durante décadas
ha seducido (y aún lo sigue haciéndolo), a miles de aficionados que han
admirado e idolatrado a sus máximos exponentes.
El “arte de la defensa propia”, como
también suele llamárselo, nació en la
antigua Grecia, en la tierra de Sócrates, Pitágoras y Herodoto. Allí, los
púgiles peleaban a “puño limpio”, aunque en ocasiones también solían hacerlo
cubriéndose las manos con vendas de cuero. En el imperio romano este deporte
fue también muy practicado en los eventos populares organizados en el gran
coliseo de Roma. Lo dramático ocurría cuando, por mandato del César o a
petición de algún otro burócrata potentado, este noble deporte se transformaba
en un sádico espectáculo de sangre y dolor, entonces los combatientes debían
usar los “Cestus”, guantes con púas de hierro para desgarrar la carne del
oponente causándole graves daño físicos y a veces, la muerte.
En Puerto Natales el boxeo en sus
inicios fue también practicado a “puño limpio”, pero en ningún caso derivó a
espectáculos de sangre y lujuria como en Grecia o Roma. Quizás, por eso sea
difícil encontrar en el trayecto del pugilismo natalino a una figura única,
excepcional o sobresaliente. Boxeadores de gran factura técnica, recia pegada,
fajadores, estilistas y corajudos, han existido en diferentes épocas de nuestra
historia. Clubes como el “Fernandito
Boxing Club” (el primero en su tipo
fundado en Natales hacia 1930), el “Godoy Boxing Club”, “Grupo de Caballería”,
“Estrella del Sur”, “Bories”, “Esmeralda”
y “Natales”, han sido cunas de grandes peleadores que dieron gloria y
prestigio al pueblo de Natales y a nuestro deporte en general.
Eran los tiempos en que a falta de
gimnasios los festivales boxísticos se realizaban al interior de carpas que se
levantaban especialmente para el efecto en un sitio ubicado en la esquina de
las calles Eberhard con Tomás Rogers, donde actualmente se encuentra el
edificio de la Gobernación Provincial y otras reparticiones públicas. También
se ocupaban los teatros “Apolo”, “Libertad”, “Palace”, la sede del Club
“Bories”, el naciente Estadio Municipal y el gimnasio o los patios del
Frigorífico “Bories”, distante cuatro kilómetros al norte del poblado. La
afición repletaba los recintos cada vez que se organizaba una velada
pugilística.
En el antiguo periódico “El Natales”,
aparece la siguiente crónica promocional acerca de una velada boxeril, esta
dice:
“MATCH DE BOX"
Día 19
4 P. M. – Gran encuentro de Box entre los campeones J. Macías y
Agustín Ojeda, de la categoría liviano en el Teatro Apolo. Match a 8 vueltas
con guantes de combate. Interesantes preliminares. Arbitro, Sres. Betti,
Armando Ojeda G. y C. Smart. Cronometrador, señor F. Sobarzo”.
Nótese que en el anuncio se destaca el
uso de guantes entre los oponentes, regla que no siempre se cumplía en aquellos
tiempos, de acuerdo con lo informado por otro medio escrito de la época, el
periódico “El Austral”, que recordaba aquellas memorables peleas que se hacían
a comienzos de la década de 1930, donde los rivales combatían a “puño limpio”
en un improvisado ring al aire libre y
con un número ilimitado de round, así la pelea podía durar horas, hasta que por
agotamiento, retiro o por paliza, se imponía el ganador. Los combates se
pactaban generalmente en los lugares de trabajo: frigoríficos y estancias del
territorio. Exponentes de este rudo estilo fueron Enrique Barrington, el “Negro”
Pedro Palmer, Arturo “Tuto” Morales
y el “Rubio” Juan Pérez Canobra,
éste último, dicen las crónicas, poseía una admirable condición y
resistencia física.
Con el tiempo, esta rústica práctica
fue derivando hasta llegar a los combates con guantes, con un árbitro en el
ring para guiar a los peleadores y con una cantidad limitada de round según
fuera el tipo y renombre de los contendientes. Las peleas eran fijadas a tres,
seis o diez round como máximo.
Natales creció como pueblo sustentado
en la actividad ganadera, de ahí que barcos ingleses “caponeros” y “laneros”,
atracaran periódicamente en los muelles de los Frigoríficos “Bories” y
“Natales” para cargar sus bodegas. Cada arribo era motivo de alegría y festejo
para los aficionados al boxeo, pues entre los marinos británicos solían venir buenos
exponentes de este viril deporte, que no titubeaban en subirse al cuadrilátero
para medirse con los bravos púgiles locales, las crónicas de antaño así lo
demuestran: “Boxeadores Británicos llegados en el último caponero se han
acercado a nuestra redacción, para
manifestarnos su afición al
boxeo, pidiéndonos hagamos público sus deseos de sostener match con aficionados
de la localidad. Los boxeadores negros son los más entusiastas y decididos a
pelear, sus nombres son Karel Johnston, de 60 kilos; Walter Martins, 59 kilos;
Peter Glasspool, 71 kilos, José Pereira, 72 kilos y George Wraith, 62 kilos. A
ellos se suma el aficionado blanco Edmond Bell, de 62 kilos. La información concluye haciendo un llamado a los
aficionados natalinos a aceptar este desafío y enfrentarse a los “Joe Louis”
del caponero que estaban ansiosos por encontrarse con un “Arturo Godoy”
natalino (haciendo alusión a los nombres de los
más grandes pesos completos que han tenido Estados Unidos y Chile)
Otra modalidad boxística practicada y
que en rigor causaba más hilaridad que expectación entre los aficionados, eran
las llamadas peleas “Royal”. Al cuadrilátero subían dos y a veces cuatro
púgiles con los ojos vendados, los cuales peleaban todos contra todos, causando
rizas por doquier entre la multitud por las graciosas alternativas que
ocurrían. Estos jocosos “combates” se incluían en la programación de las
veladas boxeriles y según los cronistas, ayudaban a librar las tensiones entre
los apasionados hinchas que iban a ver ganar a sus ídolos, lo que no siempre
ocurría.
Selección Puerto Natales, 1942. Entre otros, Juan Oyarzún, Rudecindo Medina, Luis Pérez Biott, Raúl Mena Rojas, Oyarzún, Bórquez, Arnoldo Velásquez y Galindo. |
Cualquiera que se anime a bucear en la
historia de nuestro boxeo, se encontrará con grandes nombres, que un día se
coronaron con el éxito y la gloria arriba de un cuadrilátero. Los registros
históricos hablan de la bravura de Francisco
“Chilote” Díaz, apodado también el “Puma de Natales”. Díaz, combatió en la
categoría medio – pesado y pesado por más de una década, llegando hacer campeón
regional. Este valiente pugilista poseía escasa técnica que suplía con su coraje
y fiereza cuando peleaba. Memorables fueron los combates que protagonizó con
los puntarenenses Italo Caorsi y Juan Stipicic, éste último, pugilista
profesional e internacional que aspiraba a pelear por el título mundial. El
“Chilote” Díaz ganó y perdió, como suele pasar en este rudo deporte.
Otras figuras del boxeo natalino de
aquellos tiempos, fueron los recios pegadores Epifanio Gómez, Bautista
Díaz, Zoilo Bórquez, Santiago Vargas Pinto, José López, Juan “El Viejo” Zapata, Ronald
Black, Rafael Rosales, Alfredo Bilz,
Alberto Guerrero, Rudecindo Medina, Lino Vega y Guillermo Scholer, éste
último, un guapo y valiente medio pesado que protagonizó inolvidables
combates con aficionados ingleses de los barcos “caponeros”. Lidió también con
boxeadores de nivel, como los puntarenenses Tato Schakels, Di Marco y el campeón nacional Antonio Maichil, apodado “El indio
manso”. También combatió con rivales de la talla del argentino Andrés “el Huracán” Pérez, a quien ganó
por K.O.T en el décimo round en una vibrante y reñida pelea realizada el día 8
de agosto de 1940 en la carpa del circo de los hermanos Villalba, que se
encontraban de paso por el pueblo. El público que repletó el recinto, ovacionó
al bravo campeón local.
Por esos años, la figura de Eduardo “Ametralladora” Iriarte,
asomaba como promesa. A poco andar se convirtió en uno de los boxeadores más
técnicos del boxeo amateur magallánico,
era un peso liviano veloz y certero en sus golpes y simplemente no tenía
rivales en Natales. La revista magallánica
de boxeo
“Guante” del año 1942, publicó la siguiente anécdota relacionado con
éste púgil natalino:
“En una ocasión se realizó un festival
entre aficionados locales y los marinos de
un “caponero” inglés
que llegó a puerto. El capitán de
la nave admirado por las cualidades de Iriarte, le propuso llevarlo a
Inglaterra para iniciarlo en el profesionalismo, propuesta que el natalino
rechazó”.
Carlos "Canario" Álvarez. Gran Campeón. |
Nuestro boxeo recuerda también a Carlos “Canario” Álvarez, habilidoso
peleador que en la década del treinta, siendo campeón provincial y de
Magallanes, se paseó por los ring de Natales, Punta Arenas y el norte del país,
luego de colgar los guantes siguió ligado al boxeo como entrenador y también a
otros deportes. Años después se dedicó a la actividad turística incursionando
en el rubro hotelero, llegando hacer un próspero empresario, propietario del
hotel “Capitán Eberhard”, ubicado en la avenida Pedro Montt, frente al canal
Señoret.
De igual talla boxística fue el “fajador” Aníbal Warner, este peso liviano inició su brillante carrera
pugilística en 1926 en el gimnasio del Club Frigorífico “Bories”, combatiendo
con marinos británicos de los “caponeros”. Se midió también con créditos
locales y nacionales como Luis Pérez
Biot, “Choli” Zúñiga, “Canario” Álvarez y en Punta Arenas con
Carlos Pérez, por el campeonato de
Chile, perdiendo apenas por puntos. El periódico “El Austral” del 3 de
septiembre de 1940, recuerda el revuelo que causó la pelea que protagonizaron el aguerrido Aníbal Warner y el tozudo Alejandro Díaz, la crónica dice: “…una pelea que levantó una ola de
entusiasmo entre los espectadores fue la que sostuvieron hace diez años atrás,
los campeones de la época Warner y Díaz. Esta brava pelea terminó
knock – out; los puños de Warner dieron cuenta del cuerpo de Díaz que besó la
lona para no volver a parase”. Aníbal Warner colgó los guantes en 1937,
quedando su nombre registrado en la historia del boxeo y del deporte
natalino.
Rubén Sáez, fue otro natalino que
brilló arriba del cuadrilátero. Este peso liviano sorprendió a todos cuando
derrotó por K.O. al entonces crédito local Carlos
“Canario” Álvarez. Luego recorrió el sur argentino dando muestras de su
buen boxeo. De regreso en Natales viajó a Punta Arenas donde enfrentó a los
campeones locales Efraín Ruiz y Eduardo López, venciendo a ambos. Por esos años hacían noticia también los
joven peso pluma Daniel “Salitas” Salas
y Alfredo Catepillán, ágiles y
agresivos peleadores que defendían los colores
del “Grupo de Caballería”.
Una historia de heroísmo adentro y
fuera del ring fue la que protagonizó el “Gringo” Eduardo Scott. Formado en el Club Deportivo “Bories” como pupilo del legendario Carlos “Canario”
Álvarez. Agresivo, valiente y sereno, se transformó en uno de los grandes
ídolos del boxeo en Última Esperanza, logrando lo que parecía imposible,
derrotar ni más ni menos que al temido Perfecto
“Mortero” Sgombich, crédito puntarenense del rudo deporte de los puños.
Corría el año 1943 y la Segunda Guerra
Mundial asolaba Europa. Scott, de ascendencia escocesa, decidido enrolarse
voluntariamente en el ejército británico. El día que sus amigos y los
aficionados locales le brindaron un coctel de despedida en los salones del Club
Bories, al hacer uso de la palabra el joven deportista natalino dijo: “No sé hablar, pero agradezco su presencia
y les prometo que donde vaya dejaré bien puesto el nombre de Natales”.
Integrado en el ejército británico, fue asignado a un batallón de artillería
antiaérea de la Royal Air
Force (RAF), destacado en las islas Filipinas. Subió de peso y en la Real Fuerza Aérea
peleo en la categoría medio pesado, vapuleando a los mejores boxeadores de esa
fuerza de combate. El 5 de junio de 1945, envió una carta a su madre,
diciéndole: “To my dear mother from pour
son that hope to see you son. Teddy” (“A mi querida madre de su hijo que
espera verlo pronto. Teddy”). Tres meses después, en septiembre de 1945,
escribió al periódico local “El Austral” informando que
continuaba practicando box en el ejército británico con notables logros.
Aseguraba que pronto estaría de vuelta en su tierra natal para continuar
practicando su deporte favorito. Promesa que cumplió.
El 12 de septiembre de 1945, una
delegación boxeril natalina viajó a Punta Arenas invitada a participar en el
campeonato de aficionados en esa ciudad. En la nómina figuraban entre otros, Luis Pérez hijo, Raúl Mena, Carlos Bórquez
y Arnoldo “Nolo” Velásquez. Por su
buen rendimiento los dos últimos fueron incorporados a la delegación de Punta
Arenas que viajó al nacional amateur de
ese año realizado en Santiago, a ellos se sumó otro crédito natalino, Humberto “Tetilla” Díaz. Los tres
tuvieron una destacada participación en la capital. “Tetilla” Díaz, seguiría posteriormente cosechando triunfos,
atrayendo a una masiva afición local que lo seguía incondicionalmente. Una de
sus renombradas peleas fue la que protagonizó con el campeón argentino Raúl Barragán, del Boxing Club “Eva
Perón” de Río Turbio. El púgil trasandino desafió públicamente al peleador
natalino asegurando de que éste no era rival para él. Díaz aceptó y en julio de
1952 se realizó la pelea en medio de un ambiente de mucha expectación entre el
público que repletó la capacidad del teatro “Libertad”. En un combate pactado a
diez asaltos, la guapeza y la potencia de “Tetilla” Díaz se impuso sobradamente
sobre su rival que terminó abandonado al sexto round.
Ese mismo año el peso mosca Juan Oyarzún se convertía en campeón
provincial y el peso gallo Raúl España,
era seleccionado para defender a la región en el siguiente campeonato nacional,
mientras que Purísimo Torres, otro
“gladiador” del ring, protagonizaba en el local del teatro “Libertad” lo que la
prensa calificó como “la más completa y
reñida pelea efectuada en los últimos tiempos ante el puntarenense Pedro Ojeda”.
Por otra parte, Francisco “Chilote” Díaz
hijo, se convertía en la revelación del año, aunque defendiendo los colores
de Punta Arenas.
La década 1950 también vio nacer a un
nuevo semillero de pugilistas natalino que deleitaban a la afición local y
regional. Los hermanos Hugo, Hernán,
Alfredo y Alfonso “Melón” Sánchez, enaltecieron el boxeo local. En el
nacional de 1953, Alfonso se coronó vice campeón de Chile en la categoría medio
mediano ligero, perdiendo por puntos en la final ante el valdiviano Ramón
Tapia. Sánchez, nació en Punta Arenas, pero casi toda su carrera pugilística la
hizo en Puerto Natales, defendiendo los colores del Club “Esmeralda”. Luego de
su importante triunfo en el nacional amateur, se presentó ante la afición
natalina en una velada boxeril realizada el gimnasio del Club Deportivo
“Natales”, enfrentando al ex campeón de su categoría, Julio “Pantera” Reyes. El periódico local “El Austral”, dio amplia
cobertura al match titulando: “Inobjetable
triunfo se adjudicó Alfonso Sánchez al derrotar en fallo unánime a Julio Reyes”.
Otro espectacular combate que realizó el valiente Melón Sánchez, fue ente el
púgil santiaguino Sergio Gola, a
quien derrotó en una vibrante pelea realizada en el gimnasio del Club “Natales”
el domingo 11 de julio de 1954. Con el tiempo, Alfonso se radicó en Punta
Arenas donde alcanzó a realizar algunos combates defendiendo los colores de esa
ciudad.
Notables boxeadores fueron también el
recio pegador Oliverio Silva y los
hermanos Gabriel, Francisco y Orlando
Alarcón, este último, fue vice campeón de Chile en la categoría liviano. La
afición los admiraba y los vitoreaba por su boxeo frontal y demoledor que
desplegaban en el cuadrilátero “Cardoza”, Francisco y el “Guatón”.
Hacia 1965, otro notable boxeador
natalino hacia noticia, se llamaba Rolando
González. Aunque se inició en Río Gallegos (Argentina), en Natales dio
cátedra de su habilidad y técnica boxística, tanto que ese mismo año integró la
delegación boxeril que representó a Magallanes en el Nacional amateur,
destacándose como el mejor del grupo.
Por esos años, otros púgiles gravitaban también en el boxeo patagónico,
eran Ulises Alvarado y José Low, éste último participó en el
campeonato nacional de 1968, donde tuvo un buen desempeño.
Terminaba la década del sesenta cuando
los periódicos locales anunciaban la emergente figura de otro icono del boxeo
natalino, Héctor “Cloroformo” Andrade,
que para entonces se había titulado campeón regional de la serie novicios en la
categoría pluma.
La trayectoria de “Cloroformo” es
sinónimo de entrega y espectáculo. Inolvidables
fueron sus peleas,
en la categoría mediano
ligero, con el puntarenense Juan “Ringo” Ravena y el penquista campeón de Chile Efraín Iluffi, a quien le propinó un
espectacular K.O. en Punta Arenas. Andrade, participó en el campeonato nacional
de 1969, luego en 1971 integró una delegación magallánica que enfrentó a los
boxeadores nacionales seleccionados para participar en los Juegos Olímpicos. En
este mini campeonato, “Cloroformo” o “Pepille” como también lo apodaban los
aficionados locales, tuvo un desempeño prometedor que lo ratificaría dos
semanas después en el Campeonato Nacional Amateur de ese mismo año.
En el Teatro “Caupolicán” de Santiago,
sede del Nacional, “Cloroformo” obtuvo dos impresionantes nocaut, el primero
ante el chillanejo Rolando Mella y
luego ante el crédito ariqueño, seleccionado preolímpico, Julio Medina. Fue tan comentada esta última pelea que finalizado el
campeonato, el diario capitalino “La Tercera ”, en su
ranking destacó a Héctor “Cloroformo” Andrade como “el púgil de la derecha con más dinamita”. En este campeonato,
Andrade llegó a disputar su paso a la final en la categoría mediano ligero,
enfrentando a un conocido rival, el puntarenense Juan “Ringo” Ravena, con quien perdió por puntos. “Cloroformo”
Andrade subió al ring en 149 ocasiones, propinando 82 nocaut y derrotando a
seis campeones nacionales.
Un lugar especial en el deporte de los
puños tiene ganado también Manuel
“Chino” Miranda, boxeador de notables condiciones técnicas. Este medio
mediano ligero, fue un verdadero estilista en el cuadrilátero, ágil, de
admirables reflejos y velocidad. Siendo muy joven fue llamado a integrar la
delegación de boxeo de Magallanes que participó en los nacionales de 1969 y
1971. El “Chino”, se inició a lo 12 años en el boxeo y llegó hacer vice campeón
de Chile cuando apenas tenía 15 años. Su historia personal y boxística está
marcada por un grave accidente que sufrió a los 13 años al caer de uno de los
vagones del tren que hacía el recorrido Natales – Frigorífico Bories y vise
versa, siendo arrastrado bajo los rieles por varios metros quedando gravemente
herido con el brazo derecho casi destrozado.
Su recuperación estuvo a cargo del
connotado médico Álvaro Soto Bradasic, quien le aconsejó, como terapia
complementaria, continuar practicando boxeo para que su brazo afectado no
perdiera movilidad. “El Chino”, siguió aquel consejo por 28 años, subiendo al
ring en 250 ocasiones.
Otras figuras importantes en el boxeo
natalino fueron, Fredy Trujillo, un “fajador” innato que también participó en el
Campeonato Nacionales Amateur de 1972, titulándose vicecampeón de Chile, y Rubén “Peñasco” Olavarría, que también
destacó en el Nacional de Arica. El peso mosca Juan Coñuecar, tuvo una
excelente participación en el
Nacional Amateur de 1979. Protagonistas de grandes jornadas fueron igualmente
los aguerridos peleadores Carlos Cid,
José Velásquez, Eudulio “Gringo” Mansilla, José
“Cochocho” Saldivia, Juan Díaz Alderete (“Zapato brujo”), Manuel Santana (“El intocable”), Carlos
Casanova, Jorge Pizarro, Justo Castro, el zurdo Tomás Ríos, Carlos “Carlucho” Hernández y su hermano, el peso liviano Leonidas
“Papo” Hernández, éste
último, junto a
otro grande del
cuadrilátero, el pluma José “Tacita” Saldivia (quien ostentaba
el título de campeón militar de Chile en su periodo de conscripción),
disputaron en sus respectivas categorías y en cerrados combates, su paso a las
semifinales en el Campeonato Nacional Amateur de 1974, perdiendo ambos por
puntos en fallo dividido.
Por el camino de estos históricos
“guerreros” del ring, transitaron también Patricio “Pato”
Ojeda, valiente y
agresivo pugilista que en
cada pelea dejaba todo sobre el cuadrilátero en pos del espectáculo. Ojeda
participó en dos campeonatos patagónicos internacionales y durante ocho años
fue el indiscutible campeón regional en la categoría mediano y en ese periodo
todo rival que lo enfrentó conoció de su guapeza y del demoledor poder de sus
puños. Ojeda, también estuvo en el Nacional Amateur de 1979 integrando la
delegación de Magallanes y donde tuvo una regular actuación.
Otro grande fue Jorge “Cuajo” Andrade, boxeador de una excelente técnica y
velocidad. Muy querido y respetado por la afición local y regional donde fue
protagonista de memorables combates enfrentando a recios pegadores como Luis “Tacita” Saldivia, Patricio “Pato” Ojeda y a los campeones
de chile Héctor “Chocolate” Fernández,
de Punta Arenas y Horacio Riquelme
de Valdivia, a quienes venció sin apelación.
Jorge Andrade, fue campeón regional en
su categoría durante diez años y campeón de la V División de Ejército mientras
cumplía con su servicio militar obligatorio. Integró también la delegación boxeril
que representó a Magallanes en los Nacionales Amateur de Santiago y Rancagua,
llegando en ambas ocasiones a los cuartos de final. Posteriormente, se radicó
por varios años en Río Gallegos (Argentina), donde también brilló con luces
propias en los rings del sur argentino. El 17 de diciembre de 1992, se le
otorgó en Río Gallegos la
Mención Anual Deportiva que lo nominó como el mejor de los
mejores. Este notable pegador dejó el boxeo en agosto de 2006, después 30 años
de ininterrumpida actividad arriba del ring, lo que es, según sus propias
palabras, todo un récord en los cuadriláteros de la Patagonia chileno –
argentina. Andrade retornó a Natales y
hoy, si bien está dedicado a la actividad comercial, colabora permanentemente
como entrenador, árbitro o jurado, en los festivales boxeriles que cada cierto
tiempo se realizan en nuestra provincia.
En esta reseña del boxeo natalino,
cabe destacar también los nombres de Lino
Maldonado Ratto, Edwin “Campesino”
Aguilar; Manuel “Maquina” Muñoz;
José “Bam Bam” Álvarez, Pedro Gómez Bórquez; los hermanos Hugo, Manuel, Juan y Jorge Argel,
dignos exponentes de la bravura y el coraje sobre el ring; otro connotado fue Sergio “Palanca” Vera, quien participó
en tres campeonatos nacionales, con un desempeño sobresaliente y el peso
liviano Héctor “Motorcito” Miranda,
púgil admirado y vitoreado sobre el cuadrilátero por muchos años. Los
recordados Daniel “ñato” Barría, Luis “Macho” Camacho, José Honorio Bórquez, Miguel Ángel Poey y
José Ramón González, aunque sin ser
natalinos de origen, alguna vez también sirvieron y dieron prestigio a nuestro
boxeo.
No cabe duda, hubo muchos otros
aficionados que alguna vez se calzaron los guantes para experimentar lo que se
siente arriba de un cuadrilátero. Ellos, al igual que los consagrados que hicieron del boxeo
una forma de vida, merecen también nuestra admiración y sincero reconocimiento.
Que esta premisa llegue igualmente a los nuevos “gladiadores” del boxeo
natalino que se inician, quien sabe también en algún momento, con
representantes femeninas, como sucede en otras localidades de Chile y en otros
países, que buscan destacar y triunfar en este rudo pero noble deporte.
Bibliografía de apoyo:
-. Periódico “El Natales”, Septiembre
1926
-. Periódico “El Austral”, Mayo de 1940, Octubre de 1952 y Enero de 1954
Comments
13 comments to "Boxeo en Puerto Natales"
22:46
que buen trabajo, están todos los grandes. Bien profesor cea. ¿Tiene Ud. fotos de otros boxeadores?
23:22
GRACIAS PROFE POR ACORDARSE DE LOS VIEJOS CRACK EL COMIENZO DE ESTE DEPORTE DE LOS PUÑOS EN NATALES.....ELLOS DESDE EL INFINITO ESTARAN MAS QUE FELICES QUE SE ACUERDEN DE ELLOS QUE ALGUNA VEZ SE LA JUGARON POR PONER EL NOMBRE DE NATALS BIEN EN ALTO, COMO NIETA DE EL GRAN ANIBAL CHILOTE WARNER GRACIAS..
19:31
Que grande fue el boxeo en Natales, nunca pensé que este deporte fuera tan popular aquí en esta zona, soy de Río Gallegos y me encanta el boxeo especialmente el femenino que se practica mucho en mi país.
Maestro, felicitaciones.
Un beso
18:35
En la foto de los seleccionados natalinos también está "Tetilla" Díaz un gran campeón cuenta mi abuelo Juan Pedraza. Qué lindo artículo, para no olvidarlo.
19:15
Si, excelente escrito. Me llamó Jessica y soy como bisnieta de Luis Pérez Biot.
BKN, QUE EMOCIÓN
22:52
YO VI PELEAR A CLOROFORMO ANDRADE CON ILUFFI EN PUNTA ARENAS, CUANDO CLOROFORMO LO NOQUEO. FUE UN GRAN PELEÓN, LASTIMA QUE NO HAYA QUEDADO REGISTROS GRABADOS EN PELÍCULA
FELICITACIONES POR ESCRIBIR COSAS TAN LINDAS.
18:20
El mejor de los mejores en natales fue cloroformo, nadie como el tuvo mejor pegada.
15:27
SRES. CHINO MIRANDA FUE EL ESTILISTA, ROLANDO GONZÁLEZ EL TÉCNICO Y FREDY TRUJILLO EL FAJADOR, CLOROFORMO SOLO FUE EL DEL GUALETAZO Y NADA MÁS
01:35
Mi amigo Cuajo Andrade fue el mejor.
Saludos
Beto
10:18
Este es un muy buen artículo que anda dando vuelta en faceboock incluso. Natales siempre fue cuna de grandes boxeadores, que pena que hoy no se siga practicando este deporte.
Felicito a la página y al profesor Cea por tan buenos apuntes.
21:51
Buenísimo artículo. Me gustaría que publicaran aquí mismo fotos de boxeadores natalinos si tienen, ojalá que sí.
Buen blog, gran escrito.
00:47
JUAN DIJO : . . . . . . . . porque no recordar a un gran boxeador natalino del club esmeralda a Carlos CARLUCHO HERNANDEZ, quien entrego dos titulos como campeon de magallanes en la categoria mediomediano ligero en el año 1969 donde gano por puntos al conocido boxeador de punta arenas torito vidal y en el año 1971 derrotando por punto a la ardilla del ring (juan ringo ravena) de punta arenas el cual fue en reemplazo de CARLUCHO HERNANDEZ al nacional de chile el cual por problemas personales no pudo viajar para disputar su titulo en el nacional. Tambien como no recordar la pelea en Punta Arenas en el año 1971 frente al campeón de chile RENATO LOLO GARCIA.- A la ves hacer un reconocimiento al expresidente de boxeo esmeraldino dn gregorio Chacon.
20:39
Está citado en la crónica"Carlucho" Hernández, y eso es bueno. También en el libro Natales: cien años de Historia" del mismo autor de la crónica. Que bién que se recuerden y escriba sobre nuestro boxeadores de todos los tiempos.
¡Felicitaciones!
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