Es de falsedad absoluta ese discurso que suele enarbolar la derecha acerca de que los gobiernos progresistas son garantistas y mano blanda con la delincuencia.
Quienes así opinan se olvidan del Comité de Salud Pública en la Revolución Francesa y su fiel exponente Maximilian Robespierre, El Incorruptible, que con su reinado del terror no dejó, literalmente, títere con cabeza.
Tampoco mencionan la sobrepoblación carcelaria de los Gulags de la ex Unión Soviética destinados a delincuentes sean estos malandras u opositores. Las penas de muerte y rigurosa represión en la China comunista para combatir el dolo o el intento de protestar aunque allí los únicos que marchan son meras siluetas chinas. La, inconfesable, por el dictatorial gobierno castrista, alta tasa de presos por sobre el 600 por ciento en Cuba, que imagino incluirá más bandidos que detractores todo sea por proteger el turismo de “sol y playa” o “revolucionario”.
No es para nada raro, entonces, la suerte que desde el mes de julio corre un pobre argentino en la Rusia del KGB Putín, quien fue detenido en la frontera entre Rusia y Finlandia con medio gramo de marihuana. La llevaba en uno de sus cigarrillos dos hojas de cannabis, y ahora arriesga purgar 7 años de cárcel. “Me estoy volviendo loco”, escribió en un diario de vida que pudo sacar su madre cuando lo visitó en prisión.
Solamente después de la caída del muro, avanzada la perestroika y gracias a la glásnost, escuché hablar de la Mafia Rusa, pero ello no es suficiente para afirmar que la delincuencia es capitalista.
Quienes así opinan se olvidan del Comité de Salud Pública en la Revolución Francesa y su fiel exponente Maximilian Robespierre, El Incorruptible, que con su reinado del terror no dejó, literalmente, títere con cabeza.
Tampoco mencionan la sobrepoblación carcelaria de los Gulags de la ex Unión Soviética destinados a delincuentes sean estos malandras u opositores. Las penas de muerte y rigurosa represión en la China comunista para combatir el dolo o el intento de protestar aunque allí los únicos que marchan son meras siluetas chinas. La, inconfesable, por el dictatorial gobierno castrista, alta tasa de presos por sobre el 600 por ciento en Cuba, que imagino incluirá más bandidos que detractores todo sea por proteger el turismo de “sol y playa” o “revolucionario”.
No es para nada raro, entonces, la suerte que desde el mes de julio corre un pobre argentino en la Rusia del KGB Putín, quien fue detenido en la frontera entre Rusia y Finlandia con medio gramo de marihuana. La llevaba en uno de sus cigarrillos dos hojas de cannabis, y ahora arriesga purgar 7 años de cárcel. “Me estoy volviendo loco”, escribió en un diario de vida que pudo sacar su madre cuando lo visitó en prisión.
Solamente después de la caída del muro, avanzada la perestroika y gracias a la glásnost, escuché hablar de la Mafia Rusa, pero ello no es suficiente para afirmar que la delincuencia es capitalista.
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